La dinastía merovingia: historia de los reyes merovingios

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Leopoldo Ágreda Lovera
Nací en Mérida, un estado andino de Venezuela pero me crié en Caracas la ciudad donde crecí, observando el Ávila y haciéndome las preguntas más importantes sobre la vida, la sociedad y el universo, rodeado de árboles y el sabor agridulce de toda gran ciudad. En el trayecto de mi vida, conocí las calles y sus gentes, las cuales me ayudaron a formarme un mejor criterio de la existencia humana y las ciencias sociales, para luego estudiar en la Universidad Central de Venezuela, donde me he formado como historiador y pensador social. La lectura es uno de mis grandes vínculos con el pasado y la esencia de la humanidad, ya que como dijo Descartes, leer es como tener una conversación con las grandes mentes de la historia; el ajedrez es otra de mis grandes pasiones, ya que me ha ayudado a desarrollar una mejor comprensión de la vida, que junto a la música, forman los tres pilares de mis gustos actuales. Soy familiar, amante de la naturaleza y los animales, porque en ellos ves la esencia de la filosofía y de Dios.

Cuando el imperio romano se encontraba en el último estadio de su decadencia, el pueblo franco de las Galias tomaría el control de la mayor parte de Europa occidental, creando al reino más importante de la Edad Media e influyendo en las épocas posteriores en las maneras de gobernar, organización social e incluso, la relación entre la iglesia y el Estado.

Esta organización política no hubiese sido posible sin el advenimiento de la primera dinastía Real del pueblo franco, los Merovingios, quienes fueron los primeros en organizar el reino franco hasta hacerlo una potencia en el territorio europeo, que continuó siendo importante aún cuando la dinastía Merovingia se encontrara en plena decadencia.

Alrededor de los Merovingios se han tejido varias historias, algunas que no tienen fundamento, y otras que parecen más curiosidades. Sobre estas últimas, uno de los sellos distintivos más importantes de la dinastía, es que sus reyes siempre debían portar largas melenas, ya que esta característica era indispensable para ser rey.

El comienzo de la dinastía Merovingia

La historia de esta dinastía comienza en el siglo V d.C., cuando un importante líder militar salio conocido como Meroveo, se convertiría en el rey de los francos.

A pesar de que el pueblo franco fuese amplio con diferentes tribus que poseían diversas culturas, fueron los francos salios los que pudieron concentrar el poder de todo el pueblo franco, siendo Meroveo el aparente padre de esta dinastía.

Sobre Meroveo no se tiene suficiente información. Se sabe que fue el rey de los francos salios y que probablemente, participó en batallas importantes del ejército romano, principalmente en las que se llevaron a cabo contra los hunos de Atila.

Meroveo fue el padre del Childerico I, o al menos eso es lo que se cree, ya que no se conocen a ciencia cierta los hijos que tuvo este rey franco. Lo que sí es cierto es que Childerico I reinó en el territorio de la galia controlado por los francos y sería el padre del primer gran Rey de Todos los Francos, que además es reconocido como el primer rey Merovingio de la historia, Clodoveo I.

Clodoveo I y los primeros reyes francos

Clodoveo I aglutinaría en torno a sí una vasta extensión de tierra que abarcaba casi toda la Europa occidental, convirtiéndose en la figura más importante del territorio, aumentando luego su influencia cuando se convirtió al cristianismo.

Al ser el reino franco el primero de la historia en convertirse al cristianismo, obtendría un papel importante en las primeras configuraciones de la iglesia católica medieval. continuando su importancia cuando la dinastía carolingia se haría con el poder varios siglos más tarde.

Cuando Clodoveo I muere en 511 d.C., divide el reino franco en cuatro secciones, las cuales fueron gobernadas por cada uno de sus hijos, quienes luego de la muerte del padre y tomar posesión de sus reinos se lanzaron a guerras intestinas para disputarse el poder total del reino franco.

De los cuatro hijos de Clodoveo I, sería Clotario I quien sobreviviría a sus hermanos y unificaría nuevamente el reino franco, legándoles a sus hijos un nuevo reino dividido en tres partes, que fueron: Austrasia (al sur), Neustria (al norte) y Borgoña.

El último período de gloria merovingia y el comienzo de la decadencia dinástica

Entre los hijos de Clotario I, sería Chilperico I quien traería al mundo al futuro Rey de Todos los Francos, conocido como Clotario II, que a su vez, sería el padre de Dagoberto I, el último rey de la dinastía merovingia en tener un papel destacado además de gobernar por sí mismo.

Una de las causas que muchos han señalado como la destrucción de la dinastía merovingia, fue el sistema feudal, donde estos reyes entregaron a familias nobles y militares grandes proporciones de tierra que, al llegar el final del reinado de Dagoberto I, la dinastía no tendría más tierra que repartir, convirtiéndose en una monarquía simbólica y dando inicio al período de los “reyes holgazanes”.

La decadencia merovingia, los “reyes holgazanes”

Dagoberto I tuvo dos hijos, Clodoveo II de Neustria y Borgoña, y Sigeberto III de Austrasia, quien comenzaría a dar importancia a la figura conocida como el Mayordomo Real, que fungía como una especie de Primer Ministro actual, convirtiéndose en la verdadera cabeza del poder Real.

Sigeberto III tendría uno de los mayordomos más importantes de la historia, Grimoaldo I, quien al darse cuenta que el rey merovingio no tendría descendencia, logró convencer al rey de dar la corona a su hijo, quien sería bautizado como Chidelberto, conocido como el Adoptado.

Desde este entonces, la dinastía merovingia no podría actuar sin la figura de los mayordomos, adquiriendo un poder incuestionable que llegaría a su máxima expresión con Carlos Martel y Pipino el Breve, ambos iniciadores de la dinastía Carolingia y miembros de la familia aristocrática, conocida como Pipinides.

El último rey merovingio

El último rey merovingio fue Childerico III, cuando Pipino el Breve fungía como el Mayordomo Real y jefe absoluto de todo el reino franco.

Por varias situaciones políticas que ocurrían en el reino, Pipino se vio en la necesidad de colocar nuevamente al rey merovingio en el trono, quien desde hacía bastante tiempo se encontraba cautivo por orden de la familia Carolingia en un monasterio.

Cuando toda esta situación negativa para Pipino el Breve terminó, fue coronado por el Papa como Rey de Todos los Francos, dando inicio a la dinastía Carolingia y finalizando el período de aproximadamente tres siglos de dinastía merovingia.

Los merovingios en la cultura popular

En la década de los 80 del siglo XX, varías teorías conspirativas señalaron que los antiguos reyes merovingios fueron en realidad descendientes de un linaje que se remontaba a Oriente Medio y la figura de Jesús en su unión con María Magdalena.

Esta historia pseudo científica, hizo mucho eco en la primera década del siglo XXI gracias a los best sellers del escritor Dan Brown, quien retomó nuevamente este argumento haciendo que durante varios años la gente comentara y pensara en la posibilidad de que María Magdalena y Jesucristo pudieron dejar una descendencia.

El canal History Chanel en uno de sus programas, logró realizar un estudio genético a Clotario I para averiguar si poseía ADN de Oriente Medio, señalando la investigación de que todo su ADN provenía del continente europeo, dando como finalizada esta polémica.

Por otra parte, los merovingios en la época de su reinado no se mostraron como reyes que descendían de Dios tal como harían otras dinastías o reyes.

Por el contrario, no hacían ninguna alusión a este tipo de ideas aunque unieron su autoridad física con el mundo divino, cuando Clodoveo I se hizo cristiano.

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