La historia detrás del CBD

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La tendencia del CBD ha recorrido fronteras gracias a sus aplicaciones terapéuticas, incluso es considerado una de las mejores tendencias como recurso natural para ser incorporado en la vida diaria con óptimos resultados.

Por si fuera poco, la libertad legal de su adquisición ha permitido el auge en el mercado actual, así que cada vez son más los establecimientos físicos que ofrecen sus productos.

Para aquellos que prefieren las compras remotas, pueden hacerlo muy cómodamente por medio de cbd shop en línea, que se especializan en productos derivados del cannabis y que se han convertido en una buena alternativa para los usuarios fieles.

El boom del CBD

El CBD o Cannabidiol es uno de los cannabinoides procedentes de la planta de cannabis y su auge ha sido notorio en la actualidad, pues la ciencia se ha encargado de validar su uso en el campo médico a fin de poner un STOP al gran escepticismo que existía en contra de la planta.

Lo cierto es que este tipo de compuesto tiende a relacionarse con el Tetrahidrocannabinol o THC, que a pesar de ser familia muy cercana, son prácticamente opuestos en lo que respecta a su interacción con el sistema nervioso central.

Así pues, se ha evidenciado que el THC es uno de los cannabinoides responsables de los efectos psicoactivos que alteran la conciencia y la percepción de la realidad en el individuo, en tanto que el CBD, a pesar de que ofrece un efecto tranquilizante o sedante, no tiene ninguna acción nociva tras su consumo.

CBD y su paso por la historia

La historia del CBD no se inicia en la sociedad moderna como muchos se creen.

Este compuesto ha sido el protagonista de diversas investigaciones desde antes de la declaración de su descubrimiento, y es que se ha conseguido evidencia histórica de restos de fibras de cannabis hacia el año 4.000 a.C.

Así, en las escrituras han quedado plasmados sus usos como paliativo natural capaz de combatir diversas dolencias.

Sin embargo, en aquel entonces, no se había dilucidado qué compuesto dentro del cannabis era el responsable de tal acción terapéutica, hasta que en el siglo XIX, el médico de origen irlandés William B. O´Shaughnessy se enfocó en desarrollar un trabajo científico desde el punto de vista farmacológico con el cannabis como protagonista.

Él fue el pionero en abrir paso hacia los estudios sobre los diferentes cannabinoides que conformaban la planta.

Un paso contundente en las investigaciones tuvo lugar en el año 1940 de la mano del químico británico Robert S. Cahn, quien gracias a su especialización en estereoquímica y nomenclatura de compuestos químicos, logró darle nombre a la estructura de uno de los cannabinoides de la planta resultando ser el Cannabidiol o CBD.

Este gran avance permitió el aislamiento del THC y el CBD gracias a los estudios realizados por el estadounidense experto en química, Roger Adams, que tuvieron lugar en 1942.

La ciencia no paró en darle un significado a los efectos del consumo del cannabis y entre 1963 y 1964, Raphael Mechoulam finalmente pudo identificar que el THC era el responsable de los efectos psicoactivos ligados al consumo de la planta y que no estaban presentes en el CBD.

Esta sólida evidencia científica fue el trampolín necesario para que el CBD fuera validado, incluso legalmente, como un producto natural capaz de aliviar diferentes patologías clínicas o como coadyuvante de diversos tratamientos.

Y, aunque aún queda un largo camino por recorrer, cada vez son más los campos de aplicaciones donde el CBD se lleva total crédito.

CBD en la cultura modera

Gracias a los descubrimientos científicos sobre el CBD, hoy en día se ha logrado derribar el mito que vincula su naturaleza con los efectos psicotrópicos de la marihuana.

Tanto es así que existe una amplia gama de productos a base de CBD.

Uno de los más solicitados es el aceite con innumerables aplicaciones terapéuticas, pero también encontramos gominolas, galletas, líquido para vapear, tinturas, maquillaje o productos de cuidado personal, los cuales también han logrado gran demanda por parte de los consumidores.

La mayoría de estos productos pueden ser adquiridos por compras online de tiendas especializadas como JustBob o en diversas tiendas físicas como supermercados o farmacias.

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