La muñeca de Edison

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Marcelo Ferrando Castro
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Screamy Jack Murder fue una muñeca realizada en un cilindro de cera que se instaló junto a un fonógrafo en miniatura que había en el cuerpo de ésta. La muñeca era un ejemplar grande, de 22 pulgadas de alto, y con un peso de 4 libras. Contaba con un cuerpo metálico y brazos articulados, en tanto que las piernas eran de madera. El pectoral era de metal y contaba con una serie de agujeros por los que se escuchaban las palabras de la muñeca. En la parte posterior tenía una manivela que servía para hacerla hablar.

Muñecas parlantes de Edison

Además de ser un proceso lento y complicado, era caro. El modelo básico, que venía vestido con una camisa sencilla, costaba 10 dólares, el equivalente a 200 dólares hoy en día, lo cual suponía el sueldo de dos semanas en aquella época (1890). El modelo que venía con un vestido victoriano tenía un precio de 20-25 dólares.

Edison había pensado en hacer una muñeca que hablara desde que inventó el fonógrafo en 1877. William W. Jacques, junto con su compañero Lowell Brigs, desarrolló el prototipo de una muñeca que utilizaba el fonógrafo de Edison. En octubre de 1887, Jacques y Briggs contrataron a Edison para poder usar su nombre y las patentes para la fabricación de muñecas que hablaban, a cambio de acciones y derechos de autor.

Así, se creo la Edison Phonograph Toy Manufacturing Company, pero antes de que pudieran comenzar con la producción, Edison expulsó a Jacques y se hizo cargo de la empresa.

Cadena de producción de las muñecas de Edison

Entre septiembre y noviembre de 1888, Edison finalizó un prototipo de muñeca hecha en un cilindro de estaño sólido. Como no había decidido todavía la manera de copiar las grabaciones, contrató a mujeres para que cantaran canciones de cuna con voz infantil.

Las primeras muñecas parlantes salieron al mercado el 7 de abril de 1890, pero los cilindros de estaño fueron sustituidos por modelos de cera. No se sabe por qué Edison tomó esta decisión, pero no fue una buena elección, más teniendo en cuenta que las agujas del fonógrafo eran de acero.

Cuando las muñecas fueron enviadas a los proveedores, los cilindros llegaban en la mayoría de ocasiones, rayados debido al movimiento en el transporte, lo que hacía que rápidamente dejaran de funcionar.

Se vendieron menos de 500 muñecas y la mayoría de ellas fueron devueltas a la empresa por ser un producto demasiado malo para su desorbitado precio. A finales de mayo, la compañía de Edison detuvo la producción de juguetes y para hacer un poco de dinero otra vez, Edison vendió las muñecas junto a sus fonógrafos.

Caja de presentación de la muñeca

Hace cinco años, Jerry Fabris, conservador del Parque Nacional Histórico de Thomas Edison en West Orange, trató de averiguar de qué estaba hecho exactamente el cilindro de las muñecas. Lo examinó con un microscopio y descubrió que había una ranura de grabación.

En mayo del año pasado, Fabris llevó el cilindro al Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en California. Los investigadores pudieron escanear la ranura del cilindro utilizando tecnología 3D de exploración óptica. De esta forma, crearon un modelo digital de la superficie y a través de un análisis de software se convirtió en un archivo de audio, recuperando la grabación entera a excepción de la primera sílaba.

Fuentes:
Yahoo
The History Blog
Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley

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