‘La otra cara del caudillo’, nuevo libro de Ángel Viñas

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Celia López
Graduada en Historia y en Ciencia Política.
'La otra cara del caudillo', de Ángel Viñas.
‘La otra cara del caudillo’, de Ángel Viñas.

El historiador Ángel Viñas (Madrid, 1941) da a conocer detalles desconocidos hasta ahora sobre el origen del patrimonio del dictador español Francisco Franco, fallecido hace 40 años, que desmienten la idea del supuesto desapego que sentía el caudillo hacia el dinero. Viñas publicó el 22 de septiembre su nuevo libro: ‘La otra cara del Caudillo‘.

La obra recoge las formas en las que Franco acumuló su patrimonio, al margen de sus honorarios oficiales, como la venta de café donado por Brasil en 1939 o una «gratificación mensual» que le pagó telefónica. Los extractos de las cuentas de Franco correspondientes a esa fecha permiten observar que el dictador dedicaba arbitrariamente dinero a diferentes personas y obras, como la reconstrucción del castillo de la Mota o la ampliación de un colegio religioso de las Adoratrices de Valladolid.

Respecto a los ingresos, lo más sorprendente es un donativo mensual de 10.000 pesetas, que equivaldría a unos 11.000 euros actuales, de la Compañía Telefónica Nacional, cuyo principal accionista era por aquel entonces la empresa estadounidense ITT.

«Políticamente el caso es significativo. Desde antes de la Guerra Civil, el gobierno había tenido relaciones no siempre armoniosas con la ITT. Durante el conflicto, la compañía telefónica aseguró el servicio en las zonas en que quedó dividido el país, aunque el presidente de la ITT, el conocido y temido coronel Sosthenes Behnn, anticomunista furibundo, no tardó en declararse a favor de los sublevados. Terminado el conflicto, Franco bloqueó los esfuerzos de la ITT por reanudar sus operaciones en España», explica Ángel Viñas en su obra.

Franco, a la derecha, junto con Carmen Polo y Pilar Primo de Rivera durante un acto de la sección femenina
Franco, a la derecha, junto con Carmen Polo y Pilar Primo de Rivera durante un acto de la sección femenina

El 31 de agosto de 1940, los activos de Franco eran de 34,30 millones de pesetas en varias cuentas, que se nutrían con aportaciones de simpatizantes a su causa que querían financiar la guerra. Viñas apunta a que Franco utilizó parte de ese dinero para donativos y obras pero afirma que es probable que se quedara con la mayor parte de los fondos acumulados.

En tan sólo un par de años se hizo con una fortuna nada despreciable, gracias a mecanismos hasta ahora no aclarados. Su saldo bancario es sorprendente teniendo en cuenta que su nómina mensual en 1935 era de 2.493 pesetas y en 1940, ya como Jefe del Estado, percibió 50.000 pesetas como salario anual.

«En cualquier caso, ni ahorrando todos los emolumentos como jefe del Estado y como capitán general, más la gratificación de Telefónica, es posible que Franco pudiera acumular los saldos bancarios de que disponía en agosto de 1940«, explica Viñas y añade que los donativos fueron la vía de enriquecimiento y otra manera de acumular su patrimonio fue haberse apropiado de parte de la dotación de la presidencia de gobierno o de la Jefatura del Estado a partir de 1937.

Durante las últimas décadas se ha avanzado notablemente en la investigación histórica sobre la guerra y la dictadura pero las finanzas de Franco aún son un aspecto poco conocido, con excepciones como la de Mariano Sánchez Soler en su libro ‘Los Franco S.A.’

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