La enfermedad de raquitismo producida por una deficiencia en vitamina D ha sido padecida por los descendientes de la familia Médici, según estudios recientes. Esta enfermedad se suele manifestar en lugares contaminados, pobres y desnutridos donde el sol apenas llega a la piel.
En 2003 investigadores de la Universidad de Pisa y de la Universidad de Florencia comenzaron a estudiar 49 entierros de esta familia que se encontraban en la Basílica de San Lorenzo, en Florencia. Los sarcófagos y ataúdes habían sido dañados por una inundación producida en 1966 provocando el derrumbamiento del suelo y la aparición de moho sobre las superficies. Debido a estas circunstancias los investigadores crearon una cámara para crear y controlar un clima especial y así aminorar el proceso de descomposición.
En ataúdes pequeños se encontraban los hijos Médici que fallecieron entre los cuatro y cinco años de edad. El análisis por rayos x y osteológico de los niños demostró que seis de los nueve mostraban signos de raquitismo desde su nacimiento. Para entender porque los niños tenían esta enfermedad se analizaron los isotopos de nitrógeno que se encuentran en los huesos y encontraron que los niños no habían sido destetados hasta los dos años, de acuerdo con una costumbre renacentista. La leche se complementaba con pan y manzanas pero ni unos ni los otros contienen bastante vitamina D.
Los estudios sostienen que hasta las propias madres padecían deficiencia en esta vitamina causada en gran parte por la gruesa capa de maquillaje que utilizaban las mujeres de un alto estatus o como resultado de la gran cantidad de hijos que tenían en un corto periodo de tiempo, como es el caso de Leonor de Toledo que dio a luz a 11 hijos en 14 años.
Entre los niños se identificó a Filippo de Médici, el único hijo y heredero del Gran Duque Francisco I y su esposa Juana de Austria, que murió en 1582 antes de cumplir los cinco años. En este caso el niño sufría, además de raquitismo, de hidrocefalia causado probablemente por un parto traumático. La madre Juana mostraba un desarrollo muscular limitado, tenía dislocación congénita de la cadera y escoliosis severa, a pesar de ello dio a luz a ocho hijos de los que únicamente sobrevivieron dos hasta la edad adulta.