Las brujas de Salem

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María Santiago
Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, desde pequeña me he sentido atraída por el mundo de la información y la producción audiovisual. Pasión por informar y ser informada de cuanto acontece en cada rincón del planeta. Asimismo, gusto por formar parte en la creación de un producto audiovisual que posteriormente entretendrá o informará a la gente. Entre mis intereses se encuentran el cine, la fotografía, el medio ambiente y, ante todo, la historia. Considero fundamental conocer el origen de la cosas para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Interés especial en curiosidades, misterios y sucesos anecdóticos de nuestra historia.

Durante toda la historia se han cometido grandes crímenes acusando a la gente de brujería. Uno de los episodios más destacados son los juicios de Salem, actual Massachusetts, Estados Unidos. Todo tuvo su origen en el seno de la familia Parris.

La familia Parris contrató una esclava, llamada Tituba, de quien se afirmaba que practicaba la brujería, que era quiromante. Su principal función era cuidar a las hijas de la familia, Betty y Elisabeth, y a su prima, Abigail Williams. La gente de la localidad no veía con buenos ojos estas prácticas, ya que Salem se regía por la Ley Británica, que consideraba que la brujería atentaba contra la autoridad estatal. Si la persona se declaraba culpable era absuelta, pero si lo negaba sería ejecutada.

Juicio de Salem

Todo se mantuvo normal hasta que un día las niñas comenzaron a comportarse de manera extraña. Además, otras chicas del pueblo comenzaron a decir que habían tenido visiones. El médico del pueblo, al no ver ningún daño físico en ellas, decidió que era influencia demoniaca. Sin embargo, las hermanas Parris y su prima comenzaron a exagerar y señalar a sospechosos de brujería. Señalaron a Sarah Good, una indigente del pueblo, y Sarah Osborne, una mujer inválida que vivía con un hombre sin haber contraído matrimonio.

También acusaron a la esclava, Tituba, quien confesó que era bruja y que había atacado a Ann Putman. Afirmó también que al igual que ella, había otras brujas en el pueblo, mostrando un libro donde constaban los nombres de varias mujeres de la localidad. Así dio comienzo la caza de brujas. Debido a que la mayoría afirmaba no serlo, se les ejecutaba; Tituba en cambio afirmó ser bruja y por tanto ser salvó. La primera persona condenada por brujería fue Birdget Bishop el 10 de junio de 1692.

En total, en apenas 7 meses fueron acusadas 200 personas, las niñas Parris señalaron a otras 200, se ejecutaron a 13 mujeres y a 7 hombres. Cuatro años después, la gente comenzó a verlo todo como un error, diciendo que habían sido engañados. En 1697 algunos de los jurados pidieron perdón por la masacre cometida.

Algunos de los motivos era la condición social de las personas acusadas, que se encontraban en el estrato más bajo. Además, las únicas pruebas eran las declaraciones, algo que impedía ser imparcial. La gente sólo fue capaz de reaccionar cuando afectó a las clases altas. Por ello, el gobernador absolvió a todos los sospechosos y acusados, y a los que habían sido ejecutados.

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