Las Cruzadas Menores: de la Quinta a la Novena. Historia, características y consecuencias

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Isra Poudereux
Apasionado de la historia, amante del teatro, el cine y la música. Naturalista y creador de contenido para la divulgación ambiental. Estudio periodismo cuando la pandemia me lo permite, mientras tanto leo y releo multitud de libros.

Tras el saqueo de Constantinopla y el fracaso del Papa Inocencio III por controlar a los cruzados, el Papa predicó una nueva cruzada en 1208.

Inocencio III murió en 1216 y fue sucedido por el Papa Honorio III que continuó con las Cruzadas.

La Quinta Cruzada

Andrés II de Hungría

El rey Andrés II de Hungría fue el primero en tomar la cruz y partir hacia tierra santa, se embarcó en la flota veneciana y fue transportado hasta Chipre, desde allí viajó a Acre donde presidió un consejo de guerra con los líderes cruzados.

Tras vencer a los ejércitos musulmanes cerca del río Jordán marcharon hacia Jerusalén, los musulmanes temiendo la masacre de la primera cruzada abandonaron la ciudad y destruyeron los muros para que los cristianos no pudieran defenderla.

Los cruzados no consiguieron llegar a Jerusalén y el rey Andrés II se dedicó a recolectar varias reliquias hasta regreso a Hungría a principios de 1218.

Asedio de Damieta

En 1218, un nuevo ejército cruzado alemán y el conde de Holanda Guillermo I llegaron a la ciudad de Damieta en Egipto, para llevar a cabo el ataque se aliaron con el Sultán Selyúcida de Ron en Anatolia que atacó a los ayyubíes en Siria.

Egipto

Los cruzados comenzaron su asedio a Damieta, pero solo consiguieron tomar la Torre exterior.

Los musulmanes intentaron negociar un intercambio de Jerusalén por Damieta, pero los cruzados no cedieron y en noviembre de 1219 conquistaron la ciudad de Damieta.

Tras su reciente victoria los cruzados marcharon hacia El Cairo, pero durante la marcha sufrieron una inundación del río Nilo que cortó su retirada y les dejó sin suministros.

Al final, el sultán de Egipto realizó una emboscada nocturna y los cruzados se rindieron.

Consecuencias de la Quinta Cruzada

La cruzada terminó con la entrega de Damieta a Egipto a cambio de la liberación de los cruzados, una paz de ocho años entre occidente y oriente y la devolución de la Vera Cruz, una reliquia de Jerusalén que incluía los retos de la cruz donde Cristo fue crucificado, aunque realmente el sultán de Egipto no poseía dicha reliquia.

La Sexta Cruzada

Comenzó siete años después de la Quinta cruzada y se conoció como la cruzada de Federico II, fue una expedición militar para reconquistar la ciudad de Jerusalén.

Federico II emperador del Sacro Imperio Romano germánico se había involucrado en la Quinta cruzada enviando tropas desde Alemania, pero no acudió personalmente a la cruzada ya que tenía que asegurar su posición en el trono imperial.

En 1225 se casó con Isabel II de Jerusalén y obtuvo derecho a gobernar en Jerusalén.

El ejército de Federico II cruzó el mar Egeo y llegó a Chipre donde se enemistó con Juan de Ibelin líder de una poderosa facción cristiana en tierra santa. 

Cuando llegó a Acre, su reciente excomunión papal impidió que los caballeros hospitalarios y los caballeros templarios le apoyaran al principio, pero cedieron a cambio de borrar el nombre del emperador de las órdenes oficiales.

El sultán egipcio, ocupado con un asedio en Damasco contra su sobrino, acordó ceder Jerusalén a los francos junto con importantes ciudades de la cristiandad.

Federico entró en Jerusalén en 1229 y asistió a una ceremonia de coronación oficial como Rey de Jerusalén.

Torres de asedio. Crédito: Wikimedia / Dominio Público

La Séptima Cruzada

Fue una cruzada dirigida por Luis IX de Francia en 1248.

El rey Luis IX partió hacia Chipre y desde allí recibió varias solicitudes de ayuda por parte de los cristianos en oriente.

Sin embargo, el rey decidió marchar hacia Egipto, desembarcó en Damieta y tomó la ciudad fácilmente. En noviembre de 1249 marchó hacia El Cairo y en el camino fue derrotado por los mamelucos de Baibars.

Tras la derrota se retiró a Damieta donde fue capturado tras la batalla de Fariskur. En mayo fue rescatado a cambio de una cantidad económica y la entrega de Damieta.

Luis IX partió hacia Chipre donde reclamó el trono y después fue a Acre y ayudó a los cruzados a reconstruir las defensas. En 1254 regresó a Francia con los restos de su ejército.

Luis IX capturado por los musulmanes. Crédito: Wikimedia / Dominio Público

La Octava Cruzada

A pesar del fracaso de la séptima cruzada el rey Luis IX no perdió interés en la cruzada y continúo enviando ayuda financiera y apoyo militar a los asentamientos cruzados en tierra santa.

Luis tomó la cruz en 1267 y partió hacia Chipre, en 1269 se estableció un nuevo plan y la cruzada se dirigió primero a Túnez.

Una gran flota zarpó hacia Túnez a la que se le unió otra flota desde Marsella, llegaron a la costa de Túnez sin encontrar mucha resistencia.

Se establecieron en un fuerte sobre Cartago a la espera de refuerzos desde Sicilia, pero una peste de disentería asoló el campamento y el rey Luis IX murió.

El asedio de Túnez fue abandonado y negociaron un acuerdo de comercio.

El príncipe Eduardo de Inglaterra llegó con una flota inglesa cuando los cruzados abandonaron Túnez, regresaron a Sicilia y desde allí partieron hacia Acre para continuar con la novena cruzada.

La Novena Cruzada

Conocida como la cruzada de Lord Edward, fue una expedición militar a Tierra Santa bajo el mando del príncipe Eduardo de Inglaterra.

Ante la caída masiva de ciudades cristianas en Tierra Santa debido a los ataques de los mamelucos de Baibars, los cristianos orientales solicitaron ayuda a occidente.

Llegada a Acre

Tras los acontecimientos de la octava cruzada, Eduardo llegó a Acre mientras estaba sitiada. Su llegada hizo que Baibars se alejara de Acre.

Las fuerzas de Eduardo eran demasiado escasas para atacar directamente a los mamelucos, por lo que se dedicó a hacer pequeñas incursiones capturando ciudades.

Cuando llegaron refuerzos adicionales de Inglaterra y Chipre bajo el mando del hermano menor de Eduardo, Edmund, lanzaron una incursión más grande con el apoyo de los caballeros templarios, hospitalarios y teutónicos en la ciudad de Qaqun.

Incursiones Mongolas

Eduardo intentó formar una alianza con los mongoles, enemigos de los musulmanes. En octubre de 1271 un ejército mongol llegó a Siria y provocó un éxodo en las poblaciones musulmanas. Recuperando importantes ciudades como Alepo para los cristianos.

Fin de la Novena Cruzada

Eduardo se defiende del asesino. Crédito: Wikimedia / Dominio Público

Eduardo medio con la familia Ibelin en Chipre para detener las rencillas internas en el reino cristiano. Después en 1272 negociaron una paz de 10 años, 10 meses y 10 días con Baibars.

Edmund regresó a Inglaterra y Eduardo se quedó para garantizar el acuerdo, al mes siguiente enviaron un asesino a matar al príncipe Eduardo que consiguió matar al asesino, aunque recibió una herida de una daga venenosa.

En septiembre de 1272 Eduardo partió hacia Sicilia donde recibió la muerte de su padre Enrique II de Inglaterra.

Cuando llegó a su hogar en 1274 fue coronado rey de Inglaterra.

Consecuencias

Con la marcha de Eduardo los conflictos en tierra santa se intensificaron, los mamelucos siguieron conquistando terreno a los cristianos, los cristianos atacaron las caravanas de los musulmanes y los mongoles se acercaron cada vez más hacia Jerusalén.

Las ciudades cristianas fueron cayendo una tras otra hasta la llegada en 1299 de un ejército mongol.

En 1303 la isla de Ruad, el último vestigio de las cruzadas en tierra santa fue conquistado por los musulmanes acabando el periodo conocido como Las Cruzadas.

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