Las nubes de los bosques de Perú suponen uno de los ecosistemas biológicos más ricos del mundo, pero actualmente están en peligro. Estas zonas húmedas situadas en las elevaciones orientales de los Andes contienen gran variedad de especies de las que, según los investigadores, sólo se conoce un tercio.

Los expertos de la Universidad de la Selva Wake, en Winston-Salem, N.C, han hallado pruebas de que el rápido calentamiento global del siglo XXI podría perjudicar las especies que habitan estos ecosistemas, pues dependen directamente del clima para protegerse y alimentarse. Además, debido a la orografía de la zona, la temperatura varía frecuentemente, así que las poblaciones de vegetales crecen en espacios limitados de unos pocos cientos de metros. “Por ello la flora es muy sensible a los cambios de temperatura” afirma David Lutz, antiguo miembro del posgrado de la Universidad de la Selva Wake.
En el último siglo, el aumento en cinco grados Celsius de la temperatura implicará un cambio en la plantación de especies vegetales trasladadas a zonas más altas en busca de menor temperatura. Esto implica un desplazamiento de 900 metros para mantener el ritmo que marca la niebla del bosque situado en una zona inferior, según apunta el experto. Este proceso llevaría miles de años según si la zona es protegida o no. El mayor obstáculo para la migración de las especies surge debido a lo que se conoce como ecotono, que es la transición entre árboles y la zona de hierba.
El equipo de investigadores de la Selva Wake es el primero en investigar la migración de la flora en alta calidad gracias a las imágenes de nubes de Bosques captadas por satélite Quickbird en el Parque Nacional de Perú Manu, así como en zonas desprotegidas. En junio de 1963, varios equipos de investigación de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos se encargaron de recoger documentación fotográfica. El Instituto Geográfico Nacional de Perú, por su parte se encargó de digitalizarla.
Los resultados fueron publicados el 11 de septiembre de este año en la edición online del diario PLOS ONE.
Lutz afirma que actualmente, los expertos se centran en estudiar y prevenirla influencia humana sobre las nubes de los bosques, para que estos ecosistemas puedan recuperarse de nuevo. “Nuestro siguiente misión es colaborar a nivel local e internacional para conseguir que el ecosistema se conserve en la parte superior de las elevaciones”.