Historia de los gremios medievales, los antiguos sindicatos

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María Santiago
Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, desde pequeña me he sentido atraída por el mundo de la información y la producción audiovisual. Pasión por informar y ser informada de cuanto acontece en cada rincón del planeta. Asimismo, gusto por formar parte en la creación de un producto audiovisual que posteriormente entretendrá o informará a la gente. Entre mis intereses se encuentran el cine, la fotografía, el medio ambiente y, ante todo, la historia. Considero fundamental conocer el origen de la cosas para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Interés especial en curiosidades, misterios y sucesos anecdóticos de nuestra historia.

Durante la Edad Media en Europa, los trabajadores dependían por completo de sus señores y amos a la hora de rendir cuentas y realizar su trabajo. Todo debía estar a su gusto y en la mayoría de las ocasiones las condiciones laborales eran abusivas. Por motivos como estos, surgieron los denominados gremios de trabajadores a partir del siglo XI y que permanecieron en la sociedad hasta finales de la Edad Moderna, momento en que fueron abolidos.

Se trataba de asociaciones económicas en las que se agrupaban trabajadores que poseían el mismo oficio. Podría decirse que son los antecedentes de los actuales sindicatos de trabajadores.

Escudos de gremios medievales

Su función principal era la de proteger sus intereses, controlando la calidad y el precio de los productos y procurando que todas las personas pertenecientes al gremio tuviesen un trabajo. También intentaban evitar la competencia con grupos artesanales extranjeros y ofrecían una plataforma de aprendizaje para aquellos que desearan unirse al gremio y, por tanto, a la profesión. Además, cada gremio tenía un símbolo que los identificaba y diferenciaba del resto de gremios de la población, indicando de esta manera a qué oficio pertenecían. Así, existían por ejemplo el gremio de carpinteros o el gremio de panaderos.

La estructura de los gremios era muy sencilla. Se dividía de forma jerárquica en tres niveles: maestro, oficial y aprendiz. La autoridad era el maestro, el que estaba en la cima de la pirámide. Un miembro del gremio podía llegar a serlo tras pasar un examen y una prueba práctica de sus habilidades. Si aprobaba, tenía derecho a abrir un taller propio, ser el dueño de las herramientas, acoger peticiones de trabajo y establecer su propio sistema de comercialización.

Los oficiales se encontraban un nivel por debajo de los maestros, estaban en el punto medio. Se trata de artesanos ya con cierto conocimiento que llegaban a cobrar por su trabajo, estaban bajo la supervisión del maestro y trataban de perfeccionar sus habilidades.

Por último y en lo más bajo, se encontraban los aprendices. El acceso estaba limitado y tenían prohibido ingresar los musulmanes y los judíos, sólo se admitía a los denominados cristianos viejos, es decir, aquellos que no tuvieran mezcla de sangre. Su admisión se hacía patente tras la firma del ‘contrato de aprendizaje’, donde se estipulaban las normas que el aprendiz y el maestro debían cumplir.

La edad a la que un aprendiz podía acceder era de entre los 12 y los 14 años y el proceso tendría una duración de unos 6 años aproximadamente. Sólo terminaba cuando hubiese pasado ese tiempo, por mutuo acuerdo o por el fallecimiento de alguna de las partes. El aprendiz tenía la obligación de obedecer al maestro, serle fiel y acudir al taller todos los días. Por otro lado, el maestro debía enseñarle el oficio del gremio y mantenerle.

Banderas con los escudos de los gremios medievales en Alemania

Las funciones y obligaciones de los gremios eran muy variadas. Entre ellas destacan el abastecimiento de materiales o la supervisión del trabajo, de manera que no hubiese escasez de materiales o trabajo y estuviese igualado entre los miembros del gremio; también se llevaba a cabo una exhaustiva vigilancia de los contratos de los trabajadores, una forma de asegurarse de que lo que en ellos se estipulaba se estaba cumpliendo y por último, llevaban un control del número de talleres que había.

Pero no sólo se encargaban de las condiciones de trabajo tal cual, sino que además se preocupaban por la salud espiritual de las personas pertenecientes al gremio. Entre sus obligaciones figuraba el culto al Santo Patrón e incluso la fundación de hospitales en su honor. Además, debían cuidar de las viudas y huérfanos de los miembros del gremio que hubiesen fallecido, contribuyendo económicamente con las exequias de los funerales y el cuidado de sus almas.

Los gremios fueron una parte importante de la sociedad medieval. Cuidaron de los intereses económicos de cada localidad y se convirtieron en reguladores de la economía en los últimos siglos de la Edad Media hasta la proclamación de la libertad en el trabajo.

Su desaparición vino con la llegada de la Revolución Industrial, lo que trajo consigo la industrialización y la capitalización del sistema económico. Sus duras normas impedían la iniciativa personal, se mantenían en el progreso individual, por lo que la llegada de las primeras máquinas y el trabajo basado en la mecanización acabó por condenar a los gremios a una lenta decadencia y una posterior desaparición.

Imagen escudos medievales: Times en Wikimedia
Imagen banderas con escudos: les en Wikimedia

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