Un grupo de militares británicos, algunos en activo y otros retirados, está trabajando junto a arqueólogos de la Universidad de Leicester en excavaciones en la zona de Gales. En el curso de estos trabajos, y tras dos semanas de excavación, han descubierto edificios pertenecientes a una aldea conocida como Dinham, que resulta encontrarse de una Zona de Entrenamiento (militar) de Caerwent.
Los trabajos forman parte de lo que se conoce como Operación Nightingale, un programa que ayuda a la reinserción de tropas heridas en operaciones en el extranjero. Así, los veteranos de Afganistán no se encuentran ociosos antes de integrarse de nuevo en la vida civil.
Phil Abramson, líder de las excavaciones, asegura que hay “conexiones entre la profesión de la arqueología y las fuerzas armadas”. Ha querido enfatizar que este trabajo mata dos pájaros de un tiro: por un lado permite llevar a cabo una investigación arqueológica, y por otro lado da empleo y actividad a soldados que de otra forma no estarían activos.
Los militares encargados de las excavaciones pueden verse en muchas tareas distintas, desde la propia excavación a la toma de fotos o la clasificación de restos. Esta variedad ayuda a los involucrados a mantener su interés en el trabajo, y les permite cambiar de rol si no están a gusto en alguna posición.