Científicos mexicanos se encuentran estudiando una pequeña lagartija que vivió hace 23 millones de años y que, gracias a haber quedado atrapada en ámbar, aún se conserva en estado completo y con restos de su blanda piel.
Esta pieza fue encontrada en los yacimientos de Simojovel, situados al norte del estado sudoriental de Chiapas, hace varios meses. El ejemplar se está estudiando por paleontólogos de la UNAM y se ha identificado como una nueva especie del género Anolis. En general, el ámbar suele encerrar partes de vegetales o animales lo que hace de este caso todavía más interesante al albergar en su interior la estructura completa del animal.
El género Anolis incluye lagartijas y reptiles de los cuales todavía algunos continúan vivos en zonas tropicales. En este caso el pequeño vertebrado que ha sido llamado “Luna” mide alrededor de 4,5 por 1,3 centímetros y, con él, ya son tres los saurios que se han encontrado durante los últimos diez años en Chiapas.
El ámbar gracias a su estructura pegajosa ha atrapado muchos organismos permitiendo realizar reconstrucciones y estudios sobre sus relaciones biológicas. En el Museo del Ámbar de Chiapas se exhiben multitud de ejemplares que van desde insectos, arañas, musgos, hasta agua, crustáceos u hongos.
