Nuevos datos sobre los asentamientos mayas en El Salvador han salido a la luz después de un hallazgo en el que se encontraron seis ollas del periodo Clásico y restos humanos de al menos 1.200 años.
El descubrimiento en Colón, a 20 km de El Salvador, fue de gran importancia al observar que los restos formaban parte de un pueblo. El hallazgo se realizó gracias a unas obras de canalización que se estaban llevando a cabo para la construcción de un complejo residencial cuando, de pronto, los trabajadores se toparon con fragmentos de cerámica y obsidiana.
Los arqueólogos que acudieron al lugar, tan pronto como pudieron, supieron que la zona había sido víctima de la erupción del volcán El Boquerón o Quezaltepeque dejando sepultada al pueblo bajo las cenizas. Los expertos también observaron la ubicación de un campo de caña de azúcar que debía medir alrededor de 500 metros cuadrados y que al parecer se encontraba a una profundidad de 2 o 3 metros.
Los restos humanos, la pared de adobe y el campo de caña de azúcar demuestran los indicios de porque que los antiguos pobladores mayas habían elegido el lugar para vivir en comunidad y, por lo tanto, no solo es explicado a la cercanía de los ríos Sucio y Lempa.
A pesar de ser un terreno pequeño, El Salvador cuenta con más de 670 sitios arqueológicos registrados, la mayor parte de ellos pertenecientes a la civilización maya.