En la Sierra Mayor, situada en el sur de Mexicali, Baja California, se han descubierto ocho yacimientos arqueológicos que datan entre hace 400 y 7000 años y que se encuentran vinculados a la cultura Cucapá.
Los autores de este descubrimiento han sido especialistas pertenecientes al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quienes han hallado multitud de huesos de animales (algunos de ellos ya extinguidos), cerámicas y otros objetos, así como lugares donde se utilizó el óxido de hierro como pigmento para el cuerpo y pintura mural.
El primero de ellos fue encontrado por el arqueólogo Antonio Porcayo Michelini, responsable del proyecto bajo el nombre de “Registro y Rescate de Sitios Arqueológicos en Baja California – Fase: Mexicali Municipio“. Él mismo fue quien en 2008 comenzó a trabajar en Sierra Mayor para incorporar nuevas investigaciones sobre el lugar al registro de INAH.
Sierra Mayor es una región de clima árido que alcanza temperaturas de hasta 50 grados centígrados, en este lugar el estrato de arcilla de las colinas se expone y a simple vista se pueden observar los depósitos de óxido de hierro y momentos geológicos importantes que han tenido lugar a lo largo de la formación de la península.
Hay evidencia de que en el lugar existieron otros grupos nómadas a parte de los Cucapá. Las zonas se componen de estructuras rocosas conocidas como “corralitos” que fueron utilizadas como bases. Cada campamento tiene unos siete u ocho corralitos, lo que indica que hubo varias familias que habitaron de manera temporal. Dos de los corralitos tenían cientos de restos de huesos de animales que fueron utilizados como alimento ya que algunos de ellos tienen rastros de desmantelamiento, otros, sin embargo, fueron utilizados como herramientas.
Los arqueólogos pensaron en un principio que solo eran zonas donde pasaban la noche, pero ahora hay evidencias de que también eran lugares donde se ubicaban hornos para cocinar y que posteriormente eran cubiertos con tierra con el fin de utilizar el calor del suelo para calentar sus cuerpos durante el invierno.
Otro aspecto a señalar del lugar es que se han encontrado restos de peces de agua dulce y salada lo que confirma el hecho de que los Cucapá se dedicaron a la pesca. Entre los restos de peces se encuentra el matalote jorobado (Xyrauchen texanus) una especie extinguida a principios del siglo XIX, similar a la trucha y que solo sobrevive en pequeñas poblaciones cerca del Gran Cañón.