Después de 20 días de trabajo en el desierto de Coahuilla en El Ejido, paleontólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con la ayuda de las autoridades locales, han descubierto 50 vértebras completas de la única cola de dinosaurio descubierta hasta ahora en este país.
Lenta y cuidadosamente para no deteriorar lo que la naturaleza ha mantenido intacto durante 72 millones de años, los paleontólogos extraen los sedimentos que cubren las vértebras del animal y descubren el esqueleto de una cola de cinco metros de longitud perteneciente a un hadrosaurus.
Las 50 vértebras permanecen unidas tal y como eran cuando este dinosaurio habitaba la Tierra. Debido a recientes estudios biológicos, se puede confirmar que la cola pertenecía a un dinosaurio con 50 a 70 vértebras.
En los 20 días de excavación, se han descubierto grandes huesos además de los de la cadera junto con el esqueleto de la cola. Las características de las vértebras y el sacro han permitido a los paleontólogos identificar al dinosaurio como un hadrosaurus o pico de pato con cresta (científicamente conocido como Lambeosaurinae). Esta información proviene de Felisa Aguilar, paleontóloga del Centro de INAH de Coahuilla, que lidera la excavación junto con su colega de la UNAM Rene Hernández.
El especialista explicó que la cola equivale a la mitad del esqueleto, lo que significa que se ha conservado la mitad del esqueleto articulado. Se calcula que medía 12 metros en total.
Además, Felisa Aguilar añadió que en la excavación se encontraron los huesos de las extremidades, así que creen que debajo de la cola se puede encontrar el resto del esqueleto. Felisa Aguilar informó de que el descubrimiento de este esqueleto empezó el 2 de julio y que este proceso ha requerido un extremo cuidado para no dañar la articulación de los huesos.
Para ello, han empleado la técnica conocida como cantera, consistente en extraer los sedimentos del fósil siguiendo un plano horizontal por capas. Durante el proceso, se tomaron fotos y se realizaron dibujos para no perder detalle de las articulaciones. Antes de extraer los huesos, se efectuarán una copia y un molde para saber la posición del animal en el momento de la muerte. El laboratorio abrirá sus puertas para que los ciudadanos conozcan el proceso de preparación, conservación e identificación de estos hallazgos.
