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¿Qué son los zigurats sumerios? Historia y características

que eran los zigurat sumerios
Zigurat de Ur (restaurado). Crédito: Depositphotos.
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Cada civilización ha tenido su manera única de percibir y vivir la divinidad, creando una mitología alrededor de sus dioses, incluyendo muchas veces, un lugar sagrado donde los terrenales seres humanos se encuentran con los dioses celestes. Tal es la función de los zigurats en la antigua Mesopotamia.

La manera de realizar estas construcciones monumentales no le acerca tanto a Egipto como podría pensarse, gracias a su cercanía geográfica o los elementos que compartían en común; sino más bien a las civilizaciones precolombinas de América, donde se desarrollaron algunas estructuras similares.

Definición de zigurat

La palabra zigurat hace referencia a un lugar alto, como la cima de una montaña, ya que dentro de esta civilización se pensaba que mientras más alto se pudiese llegar, más cerca se estaba de los dioses. Por ello sus templos estaban en la punta del zigurat.

¿Cuándo comenzaron a construirse los zigurats?

En el año 5.000 a.C., en la región de Mesopotamia se construían los primeros zigurats, que al inicio estaban al nivel del suelo, aunque poco a poco, se irían levantando de éste con la finalidad de que el zigurat sobresaliera de la ciudad.

Desde estos períodos antiguos, ya los habitantes de Mesopotamia tenían la idea de que el mundo celeste estaba relacionado con los dioses, por lo que ningún ser terrenal debía vivir en las alturas, ya sea en las montañas o zigurats; y que en estos lugares, era donde los seres humanos podían reencontrarse con sus dioses.

Posteriormente, en el tercer milenio antes de nuestra era, los zigurats comienzan a verse en cada una de las ciudades sumerias, siendo la estructura arquitectónica más importante del urbanismo, que además, iba dedicada al dios que regía los destinos de aquella ciudad.

Con el tiempo se irían haciendo cada vez más grandes y llamativos, para mostrar el poderío de la ciudad, su gobierno y su dios, ante sus vecinos o potenciales enemigos.

Durante este tercer milenio antes de nuestra era, destaca la figura del primer rey de la dinastía de Ur, Ur Nammu, quien fue un gran constructor de zigurats, además de unificador de varias ciudades estado sumerias.

Entre los zigurats más importantes construidos por Ur Nammu podemos mencionar el zigurat de Ur, que es el mejor conservado del que se tiene conocimiento; el de la ciudad de Nippur y el de Uruk.

¿Cómo eran construidos los zigurats?

La construcción de estos zigurats se realizaba con elementos propios del lugar tales como el adobe o los ladrillos que eran cocidos en hornos por ellos mismos.

Primero, el zigurat era hecho de adobe, material con el que se realizaba el interior sin cámaras internas, para luego ser recubierto de los ladrillos que eran especialmente adornados y pintados para cubrir el zigurat.

Para escoger el lugar en que debía erigirse, los sacerdotes buscaban un sitio que fuese especial para los rituales religiosos, encontrándose muchas veces en una planicie que se convertía en el centro del complejo del templo y también del centro urbano.

Básicamente, la estructura del zigurat es una base cuadrada o rectangular, en la que se van construyendo pisos de terrazas, los cuales en un comienzo eran de tres pisos, pero luego aumentaron a cuatro, siete e incluso ocho pisos escalonados, convirtiéndose en construcciones de grandes dimensiones.

Para subir al último piso del zigurat se debía subir por una escalera que estaba en forma de espiral, con escaleras al centro del edificio que luego continuaban con las referidas escaleras.

En el último piso del zigurat se encontraba el templo del dios de la ciudad, era una costumbre muy arraigada en las ciudades mesopotámicas ofrecer la ciudad a un dios, teniendo éste su lugar de residencia en lo alto del templo del zigurat.

Se creía igualmente que cada cierto tiempo, bajo determinados rituales y en momentos específicos, el dios al que se ofrecía el zigurat bajaba a la estatua del templo pudiendo comunicarse con los seres humanos. 

¿Cuál era la función del zigurat?

Como ya hemos señalado con anterioridad, la función del zigurat estaba relacionada con lo religioso, al ser el lugar donde está asentada la deidad terrestre en la Tierra. Sin embargo, el zigurat ejercía otras funciones a nivel terrenal muy importantes.

Un ejemplo de esto lo vemos en el hecho de que los zigurats fueron el centro real de las ciudades sumerias, lugar que era considerado el corazón de la urbe y por ende, el sitio más importante de la localidad.

Por otro lado, el complejo del zigurat comprendía no solo el área del templo, sino que había una red de edificios importantes a su alrededor, muchos de ellos de carácter religioso, aunque otros tenían importancia administrativa.

En los alrededores estaban las casas de los sacerdotes, lugares de abastecimientos, salas comunes, edificios donde se ejercían funciones de gobierno, etc., aunque estas últimas funciones, fueron desvinculadas de los sacerdotes y el tempo, en la época de unificación de las ciudades sumerias.

Como última de las funciones que poseían los zigurats, debe mencionarse que se ha especulado con la idea de que en numerosas ocasiones, estos templos fueron utilizados por los sacerdotes para la observación astronómica, una idea para nada descabellada debido a que los sumerios han demostrado tener avanzados conocimientos en esta materia.

Tour por un Zigurat Sumerio

Similitudes con las construcciones de América

No ha sido pasada por alto la similitud de las estructuras de los zigurats sumerios con las estructuras piramidales americanas, encontrándose edificaciones antiguas en Centroamérica y América del Norte con una idea similar.

Se trata del mismo sistema de base rectangular o cuadrado con una serie de pisos a manera de terrazas, teniendo en la cúspide un lugar de culto importante.

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Nací en Mérida, un estado andino de Venezuela pero me crié en Caracas la ciudad donde crecí, observando el Ávila y haciéndome las preguntas más importantes sobre la vida, la sociedad y el universo, rodeado de árboles y el sabor agridulce de toda gran ciudad. En el trayecto de mi vida, conocí las calles y sus gentes, las cuales me ayudaron a formarme un mejor criterio de la existencia humana y las ciencias sociales, para luego estudiar en la Universidad Central de Venezuela, donde me he formado como historiador y pensador social. La lectura es uno de mis grandes vínculos con el pasado y la esencia de la humanidad, ya que como dijo Descartes, leer es como tener una conversación con las grandes mentes de la historia; el ajedrez es otra de mis grandes pasiones, ya que me ha ayudado a desarrollar una mejor comprensión de la vida, que junto a la música, forman los tres pilares de mis gustos actuales. Soy familiar, amante de la naturaleza y los animales, porque en ellos ves la esencia de la filosofía y de Dios.

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