Rastreos con alta tecnología en puentes históricos revelan interesantes descubrimientos

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Manuel Álvarez Esteban
Romántico, en el sentido artístico de la palabra. En mi adolescencia tanto familiares como amigos me recordaban una y otra vez que era un humanista empedernido, pues pasaba el rato haciendo lo que quizás otros no tanto, creyéndome Bécquer, inmerso en mis propias fantasías artísticas, en libros y películas, deseando constantemente viajar y explorar mundo, admirado por mi pasado histórico y por las maravillosas producciones del ser humano. Por ello decidí estudiar Historia y simultanear con Historia del Arte, porque me parecía la manera más adecuada de llevar a cabo las habilidades y pasiones que me caracterizan: leer, escribir, viajar, investigar, conocer, dar a conocer, educar. La divulgación es otra de mis motivaciones, pues entiendo que no hay palabra que tenga valor real si no es porque haya sido transmitida con eficacia. Y con ello, tengo la determinación de que todo lo que haga en mi vida tenga un fin didáctico.

estudio georradar puentes romanos

Investigadores de la Universidad de Vigo han utilizado equipos de rastreo de alta tecnología, como escáneres láser, georradares y demás instrumentos arqueológicos punteros para explorar y analizar hasta 85 puentes históricos de época romana y medieval en el noroeste de la Península, informó la agencia SINC.

Este material de última generación ha ayudado a obtener informaciones interesantes adicionales: estudiar los detalles geométricos en las estructuras, conocer el grosor de las piedras internas de los puentes y los arcos estructurales ocultos, localizar reparaciones en ellos e incluso detectar un grabado renacentista en un puente romano.

El georradar es un aparato que consta de una antena que emite y recibe pulsaciones hacia la superficie sobre la que se está trabajando y las envía a una unidad informática, permanente o móvil. Los programas de la unidad construyen a partir de las pulsaciones una imagen total de la estructura, revelando elementos interiores que no son visibles desde la superficie.

«Las informaciones de este sistema se combinan con las que se extraen del LiAR o escaner láser terrestre, cuyos rayos hacen un barrido completo del puente y en unos pocos minutos recogen las coordenadas cartesianas de millones de puntos del monumento», explica la doctora Mercedes Solla, una de las autoras del proyecto.

Esto ha permitido el descubrimiento de restos de gravados renacentistas en el puente romano de Segura, entre las localidades de Piedras albas en Cáceres y Segura en Portugal, así como restauraciones con esquisto que se llevaron a cabo en el pasado en un puente medieval de granito en Lugo.

Toda esta cantidad de información adicional, de acuerdo con Solla, no sólo contribuyen a precisar los datos históricos sino que también el perfeccionamiento de los planes de conservación y restauración de este tipo de infraestructuras.

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