Inicio Biblioteca Literatura Resumen de «Don Quijote de la Mancha». Análisis y características

Resumen de «Don Quijote de la Mancha». Análisis y características

don quijote y sancho
Don Quijote y Sancho Panza. Obra de De Johann Baptist Zwecker (1854)
Publicidad
Publicidad

Se ha dicho reiterativamente que «Don Quijote de la Mancha«, más conocido como «El Quijote» se escribió como una sátira a los libros de caballería.

El autor, Miguel de Cervantes Saavedra, dice en el prólogo que la obra es “una invectiva contra los libros de caballería”, concebida con la finalidad de parodiar sus disparates y deshacer “la autoridad y cabida que en el mundo tienen”.

En este orden de ideas, la obra narra las aventuras de un hidalgo llamado Don Alonso Quijano. Este vivía en la región de la Mancha —Castilla—era el dueño de unas tierras de poco valor.

Su afición a la lectura de novelas de caballería le trajo funestas consecuencias, perdió el juicio y decidió hacerse caballero andante con el fin de deshacer agravios, proteger desvalidos, enderezar entuertos; en fin, hacer todo aquello que, según había leído, solían hacer los caballeros andantes.

En su papel de caballero desempolva unas viejas armas que habían pertenecido a sus bisabuelos; las acondiciona y adereza lo mejor que puede y ya satisfecho de ellas va en busca de su caballo.

el quijote antes de sus aventuras
«LLenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros…». Crédito: Edición de Luis Tasso (1894).

Tardó cuatro días para ponerle nombre a su rocín, un caballo flaco y desgarbado que, a su parecer “ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca el del Cid con él se igualaban”. Lo llamó Rocinante.

Puesto ya nombre a su caballo decidió buscar uno para sí mismo, tarea que le llevó ocho días; finalmente honró su linaje y su patria como había leído que hacían los caballeros, escogiendo el muy sonoro de Don Quijote de la Mancha.

Solo falta una dama a quien dedicarle sus preciadas y valerosas aventuras; para ello vuelve su atención a una campesina de quien estuvo enamorado en un tiempo, ella es Aldonza Lorenzo, originaria del Toboso, le coloca un nombre a su forma de ver “peregrino y significativo”, digno de la dama de sus pensamientos: Dulcinea del Toboso.

Finalizados los detalles y provisto de sus armas, sale en busca de aventuras.

Su primera salida es la ocasión para ser armado caballero, según lo que se creía eran los rituales de la ley de caballeros andantes.

Enmarcado en su labor sale en defensa de un mozo que, es golpeado por su amo y al responder a las burlas de unos mercaderes, es fuertemente apaleado y dejado malherido.

Un amigo lo encuentra y lo lleva a su pueblo, donde el cura y el barbero, sus fieles compañeros, hacen un inventario de sus novelas y deciden eliminarlas, al considerarlas el motivo de la locura de su amigo.

Una vez quemada toda la literatura de caballería, Don Quijote prepara su segunda salida, esta vez decide buscar un escudero.

Para ello, se dirige a su vecino Sancho Panza, un tosco labrador de escasos razonamientos, a quien le prometió muchas cosas, entre ellas una isla, persuadiéndolo a seguirlo.

Juntos emprenden múltiples aventuras, entre ellas destacan la de los Molinos de Viento, la de los Frailes y el Vizcaíno, la de los cabreros, la penitencia de don Quijote en Sierra Morena, remedando a Amadís de Gaula.

Envía a Sancho a llevar una carta para Dulcinea, el cura y el barbero averiguan su paradero y acuden en su busca obligándolo a volver a su tierra natal.

En su tercera salida, el hidalgo se dirige al Toboso, porque quiere averiguar que ha pasado con el encantamiento de su amada Dulcinea.

Más adelante combate con el caballero de los espejos y obtiene un triunfo total sin reconocer en él a su amigo el bachiller Sansón Carrasco. Baja a la cueva de Montesinos; tiene un encuentro con maese Pedro y su mono adivino.

Se marcha a Barcelona donde combate con el caballero de la Blanca Luna, quien resulta ser el mismo bachiller Carrasco; en esta ocasión es vencido.

entrada del quijote en barcelona
Entrada de Don Quijote en Barcelona. Obra entrada de Don Quijote en Barcelona (1879)

Como penitencia el bachiller Carrasco le impone vivir durante un año en su tierra de nacimiento.

Regresa a su aldea, quiere ser pastor, pero la nostalgia hace presa de él. Cae víctima de una enfermedad y de pronto recobra la razón, aborrece las novelas de caballería, elabora y redacta su testamento y muere, ante la consternación de sus amigos.

Esquema estructural de Don Quijote de la Mancha

La novela está conformada por dos partes.

Primera parte de El Quijote

Conformada por 52 capítulos, en ella, Cervantes se esfuerza por evidenciar con exactitud una parodia a las novelas de caballería. Contiene una serie de digresiones donde el autor intercala extractos de novelas que distraen el interés de la obra.

Se puede observar una vaga caracterización del personaje del héroe; don Quijote aún no se perfila con precisión como el caballero que se define en la segunda parte de la novela.

Los aspectos predominantes de esta primera parte son los siguientes:

  1. Embargado por la locura don Quijote transforma cualquier suceso ordinario en un hecho extraordinario. Su valor y dotes caballerescas, afloran ante cualquier desafuero o injusticia que se le atraviese.
  2. Con una rica variedad imaginativa, el autor contrapone a la realidad las alucinaciones del héroe, interpretadas según el libreto de las novelas caballerescas. Así los grandes molinos de viento vienen a ser gigantescos enemigos:

En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo y así como don Quijote los vio dijo a su escudero: -la ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecernos”.

Un humor bien definido proveniente de situaciones grotescas, aunque cotidianas:

Pasó adelante don Quijote, y preguntó a otro su delito, el cual respondió con no menos, sino con mucha más gallardía que el pasado: -Yo voy aquí porque me burlé demasiadamente con dos primas hermanas mías, y con otras dos hermanas que no lo eran mías; finalmente, tanto me burlé con todas, que resultó de la burla crecer la parentela tan intrincadamente, que no hay diablo que la declare.

Se narran en esta primera parte los pormenores de dos de las salidas de don Quijote y las diversas aventuras que emprende durante ellas.

Segunda parte de Don Quijote

Publicada diez años después de la primera, consta de 74 capítulos.

La obra aparece con un estilo artístico más trabajado, donde el autor ya tiene un dominio propio de su personaje. Se definen los rasgos fundamentales de su carácter: la nobleza y la bondad.

Pese a su accionar errado y ridículo, el lector se encariña con este héroe que, se esfuerza por practicar el bien y la justicia. Esta segunda parte contiene el relato de la tercera salida de Don Quijote y las acciones que en ella realiza.

Se observa la complejidad del personaje, al alternar los disparates caballerescos y la reflexión sensata:

Caballero soy y de la profesión que decís; y aunque en mi alma tienen su propio asiento las tristezas, las desgracias y las desventuras no por eso se ha ahuyentado della la compasión que tengo de las ajenas desdichas.

Los aspectos resaltantes de esta segunda parte se analizan a continuación:

  1. La transformación de la realidad ya no es un esfuerzo solitario del caballero de la triste figura, como se autodefine Don Quijote. Al percatarse de su delirio y locura, otros personajes le siguen la corriente. Algunos solo quieren ayudarlo, como es el caso del bachiller Sansón Carrasco, Don Antonio Moreno, el cura, el barbero. Otros solo se burlan de él.
  2. Cuando la evidencia le muestra a don Quijote lo fantasioso de sus razonamientos, recurre al artificio de los encantadores que lo persiguen. De esta manera ve confirmada su obsesión sin necesidad de negar los hechos por su cuenta y riesgo:

-Sancho ¿qué te parece cuán mal quisto soy de encantadores? Y mira hasta donde se extiende su malicia y la ojeriza que me tienen, pues me han querido privar del contento que pudiera darme ver en su ser a mi señora. Y has también de advertir, Sancho, que no se contentaron estos traidores de haber vuelto y transformado a mi Dulcinea, sino que la transformaron y volvieron en una figura tan baja y tan fea como la de aquella aldeana.

Dice esto para no reconocer que, Aldonza Lorenzo, no es ni remotamente una gran señora digna de los caballeros andantes, como él la había imaginado.

    1. Al verse confinado durante un año a su tierra natal y en total abandono de su vida de caballero andante, decide cumplir su penitencia convirtiéndose en pastor y dedicándose a la vida de campo. Planifica junto con Sancho Panza su nuevo estilo de vida, y en estas cavilaciones llegan a su aldea y son recibidos por familiares y amigos. Sin embargo, el hidalgo caballero sufrió una rara enfermedad, atribuida por sus amigos a la melancolía y tristeza de verse vencido y, no haber cumplido su deseo de desencantar a su dama Dulcinea.
    2. Don Quijote recobra el juicio y abomina las novelas de caballería, se disculpa con Sancho Panza por haberlo involucrado en sus locas aventuras, redacta su testamento y muere en la compañía de su sobrina y amigos.

Relación del título de la obra con el contenido

el quijote y los molinos
«LLevándose tras sí al caballo y al caballero…». Don Quijote, edición de Luis Tasso

Don Quijote de la Mancha es el nombre adoptado por un hidalgo caballero de unos cincuenta años; lleva una vida carente de alicientes, sin un amor definido ni metas a seguir.

Debido a la lectura excesiva de novelas de caballería, pierde el raciocinio y decide lanzarse al mundo como un caballero andante.

De ellos admira su arrojo y sed de justicia. En su desvarío cree realmente en su personaje, que su jamelgo es Rocinante, un brioso y poderoso caballo; que Sancho Panza es su escudero y que, la labradora Aldonza Lorenzo es Dulcinea del Toboso, su amada y refinada señora, a quien dedica todas sus aventuras.

Aun dentro de su locura, don Quijote presenta los aspectos típicos del alma humana, con sus fortalezas y debilidades.

Forma de presentación del relato.

Tipo de narración en Don Quijote

En Don Quijote no encontramos un solo tipo de narrador ni un único punto de vista narrativo. Al principio, visualizamos un narrador en tercera persona, omnisciente, sabe todo sobre el sentir y pensar de cada personaje. A partir del capítulo VIII se introduce una nueva perspectiva narrativa.

Cervantes incluye un redactor en la historia, un sabio moro al que llama en forma de burla Cide Hamete Benengeli:

Cuando yo oí decir Dulcinea del Toboso, quedé atónito y suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de don Quijote. Con esta imaginación, le di prisa que leyese el principio y, asiéndolo ansí, volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Benengeli historiador arábigo. […] Apartéme luego con el morisco por el claustro de la iglesia mayor, y roguéle me volviese aquellos cartapacios, todos los que trataban de don Quijote, en lengua castellana, sin quitarles ni añadirles nada.

Esa traducción es la que vamos a leer a partir de este momento.

Al introducir esta figura, el autor se distancia del relato, obteniendo la libertad para aportar comentarios humorísticos o escépticos que, de ser él mismo el narrador, no habrían tenido cabida.

La introducción de esta ficción histórica que genera un tipo de narrador testigo, es un recurso muy utilizado por las novelas de caballería; quizás Cervantes lo utiliza por el tono paródico de la obra.

Secuencias narrativas en El Quijote

La novela tiene una estructura de viaje con la particularidad que se conforma en tres salidas. Cada una de ellas presenta un movimiento circular: partida, aventuras realizadas, vuelta a casa.

Este acontecer se ve interrumpido frecuentemente por breves historias intercaladas que, funcionan como elementos retardantes de la narración: una narración pastoril en el relato de Marcela y Crisóstomo; una novela sentimental en la historia de Dorotea y Cardenio; una novela picaresca en las aventuras de los Galeotes, de Maritornes, de Guinesillo y otros.

La estructura es abierta, constituida por una serie de episodios, relacionados solamente por la presencia física y la visión del mundo de don Quijote y Sancho

Personajes de Don Quijote

Esta novela itinerante con muchos episodios contiene un conglomerado de figuras representativas de actitudes y grupos de la España del siglo XVII.

En ella se retratan mesoneros, arrieros, mozas del partido (prostitutas), galeotes, moriscos, bandoleros, titiriteros y toda índole de viajeros.

También está presente la aristocracia en la figura de los duques y su corte. En vista de esto; seleccionaremos solo una parte de los personajes secundarios de la obra.

Principales

    • Don Quijote de la Mancha
    • Sancho Panza
    • Aldonza Lorenzo: Dulcinea del Toboso.
    • Rocinante, caballo de don Quijote personificado por éste.
    • El jumento de Sancho.
    • Cide Hamete Benengeli, el escritor de la historia de don Quijote.

Secundarios

  • El ama.
  • La sobrina de don Quijote. Antonia Quijana.
  • Pedro Pérez el cura.
  • Nicolás el barbero.
  • Un” mozo de campo y plaza”
  • Un ventero y” dos doncellas” (rameras) que sirvieron a don Quijote.
  • Un labrador, Haldudo y Andrés su criado.
  • Los mercaderes.
  • Pedro Alonso, su vecino que lo rescata de su primera aventura.
  • Frestón, el sabio que le robó los libros y el aposento a don Quijote.
  • Juana (Teresa) Panza, esposa de Sancho.
  • Una señora vizcaína y sus acompañantes.
  • Seis cabreros, donde destaca Antonio, un mozo que les cantó un romance.
  • Marcela, una pastora hermosa y altanera.
  • Más de veinte arrieros yangüeses.
  • Juan Palomeque, un ventero su mujer e hija.
  • Maritornes, una moza asturiana.
  • El cura Alonso López.
  • Un barbero que llevaba una bacía dorada.
  • Los pastores de las ovejas y carneros que, don Quijote vio en su locura como dos ejércitos.
  • Unos galeotes y sus guardias.
  • Guinés de Pasamonte, ladrón y bellaco que luego vemos en la segunda parte como un titiritero.
  • Cardenio, un hombre que por padecer mal de amores andaba errante por Sierra Morena.
  • Luscinda, la enamorada de Cardenio.
  • Dorotea, hermosa joven que se hace pasar por la princesa Micomicona.
  • Sansón Carrasco, bachiller que acaba con la locura del hidalgo haciéndose pasar primero por el Caballero de los Espejos y luego por el Caballero de la Blanca Luna.
  • Tomé Cecial, vecino de Sancho se hace pasar por el escudero del caballero de los espejos.
  • Diego de Miranda, el hidalgo.
  • Labradores, estudiantes, danzantes, músicos, zagales.
  • Maese Pedro, el mismo Ginés de Pasamonte ahora titiritero.
  • Duques y sus criados.
  • Álvaro de Tarfe.
  • El Morisco Ricote, amigo de Sancho Panza.
  • Sirvientes de Sancho en la ínsula.
don quijote y sancho
«… Aquí finalmente, cayó mi ventura para jamás levantarse». Don Quijote, edición de Luis Tasso (1894).

Ambiente de Don Quijote

Físico

El desplazamiento físico de los protagonistas va perfilando el lugar donde se dan los hechos o aventuras; además sabemos que, el caballero de la triste figura habitaba en “en un lugar de La Mancha”.

A través de las peripecias que afrontan en su peregrinar, los protagonistas nos muestran sus andanzas por las tierras orientales de España: La Mancha, Aragón y Cataluña.

Su última aventura como caballero andante la vivió en Barcelona:

Al salir de Barcelona, volvió don Quijote a mirar el sitio donde había caído, y dijo: – ¡Aquí fue Troya! ¡Aquí mi desdicha, y no mi cobardía, se llevó mis alcanzadas glorias; aquí uso la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas; aquí se oscurecieron mis hazañas; aquí finalmente, cayó mi ventura para jamás levantarse.

Sicológico

El perfil psicológico de los personajes es diverso y muy rico.

Tenemos un héroe valeroso y decidido a luchar por los débiles y menesterosos; sufriendo palizas, golpes apedreamientos, burlas; todo ello motivado a la locura de don Quijote y a la ignorancia e ingenuidad de Sancho Panza.

Cargada de un humor melancólico y triste, la obra nos plantea el viaje psíquico de los protagonistas girando alrededor de un conjunto de ideales de justicia, libertad y bondad; difíciles de alcanzar, pero no por ello abandonados.

Se plantea la lucha alucinada e idealista del caballero en una dimensión fuera de todo contexto.

A su lado, la personalidad de Sancho va evolucionando al asimilar los motivos y forma de sentir de su señor. El profundo sentido humano de los protagonistas, choca con la dura realidad de una sociedad que no comprende a los altruistas.

Don Quijote cree que la sociedad sería mejor si fuese como él la imagina en su alucinación caballeresca: limpia de maldad y de egoísmo.

La actitud pesarosa y fatalista de don Quijote se manifiesta constantemente en su habla:

—Levántate Sancho —dijo a este punto don Quijote—; que ya veo que la fortuna, de mi mal no harta, tiene tomados los caminos todos por donde pueda venir algún contento a esta ánima mezquina que tengo en las carnes.

Estilo

Tipo de lenguaje

El lenguaje de la obra es aparentemente sencillo y llano, pero al analizar profundamente la forma de expresión, encontramos una diversidad asombrosa en su morfología, a través del manejo de innumerables figuras retoricas (ironías, elipsis, comparaciones, antítesis…), utilizadas por el autor para configurar su relato.

El Quijote refleja la forma de escribir del siglo XVI, pero presenta variaciones de acuerdo con el hablante.

Con una lengua castellana muy depurada, la novela exhibe una gala expresiva rica en matices y registros, con una estructura rítmica que le da singulares perspectivas al relato.

El estilo de Cervantes es culto, claro y apegado a las corrientes literarias renacentistas:

Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristóteles, si resucitara para solo ello.

Los personajes se definen por una cuidadosa caracterización lingüística. Don Quijote emplea una expresión retoricista, en diversas jergas, según las circunstancias en que se encuentre. Cuando está en su papel de caballero andante, utiliza un lenguaje arcaico, propio del remedo del lenguaje de caballería:

—No fuyan las vuestras mercedes ni teman desaguisado alguno; ca a la orden de caballería que profeso non toca ni atañe facerle a ninguno, cuanto más a tan altas doncellas como vuestras presencias demuestran. […] __bien parece la mesura en las fermosas, y es mucha sandez además la risa que de leve causa procede; pero non vos lo digo porque os acuitedes ni mostrades mal talante; que el mío non es de ál que de serviros.

Por otra parte, si la conversación no se enfoca en temas de caballería, su habla es la propia de la época cortés y sencilla:

Díjole don Quijote: __Sancho amigo, la noche se nos va entrando a más andar, y con más oscuridad de la que habíamos menester para alcanzar a ver con el día al Toboso, adonde tengo determinado de ir antes que en otra aventura me ponga.

Si de discursar se trata, entonces su habla adopta un estilo ampliamente retórico:

Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en nuestra edad de hierro también se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.

En la forma de hablar que exhibe el personaje de Sancho Panza, se observa menos variedad y más regularidad. Es afectiva, graciosa, expresiva y a veces irracional.

En sus locuciones utiliza infinidad de refranes populares y aunque a su señor le molestan, nunca desiste de ellos; a tal suerte que hasta él llega a usarlos:

Eso Dios lo puede remediar –respondió Sancho-, porque sé más refranes que un libro, y viénenseme tantos juntos a la boca cuando hablo, que riñen, por salir, unos con otros; pero la lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan a pelo. Más yo tendré cuenta de aquí delante de decir los que convengan a la gravedad de mi cargo; que, en casa llena, presto se guisa la cena; y quien destaja no baraja; y a buen salvo está el que repica, y el dar y el tener, seso ha menester.

En general esta obra ostenta una riqueza lingüística sin par, donde cada personaje aporta los matices propios de su papel.

Formas expresivas

 Don Quijote es una novela narrada en forma de crónica, no obstante, en ella se pueden distinguir plenamente las formas expresivas (narración, descripción y diálogo), que forman parte del conjunto expositivo del texto narrativo. Veamos los siguientes ejemplos:

Narración

Aquella noche quemó y abrasó el ama cuantos libros había en el corral y en toda la casa, y tales debieron de arder que merecían guardarse en perpetuos archivos; más no lo permitió su suerte y la pereza del escrutiñador, y así se cumplió el refrán en ellos de que pagan a las veces justos por pecadores.

Descripción

Tenía en su casa un ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera, Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza.

Diálogo

Como don Quijote le vio. le dijo: –¿Qué hay Sancho amigo? ¿Podré señalar este día con piedra blanca o negra?

–Mejor será –respondió Sancho- que vuestra merced la señale con rétulos de cátedras porque le echen bien de ver los que le vieren.

–De ese modo – replicó don Quijote-, buenas nuevas traes.

–Tan buenas –respondió Sancho-, que no tiene más que hacer vuestra merced sino picar a Rocinante y salir a lo raso a ver a la señora Dulcinea del Toboso, que con otras dos doncellas suyas viene a ver a vuesa merced.

–¡Santo Dios! ¿Qué es lo que dices, Sancho amigo? -dijo don Quijote-. Mira no me engañes, ni quieras con falsas alegrías alegrar mis verdaderas tristezas.

Recursos Literarios en Don Quijote

El lenguaje ampliamente retórico del Quijote constituye una de las características fundamentales de su estilo narrativo.

Don Quijote y Sancho Panza expresan una antítesis lingüística que se presenta en una lengua popular y rústica, y en otra culta, donde se alternan las frases realistas con la jerga caballeresca.

En esta novela encontramos una rica gama de recursos estilísticos que, la convierten en una bien acabada obra de arte. Ejemplo de ello son los siguientes:

Metáforas

Nuestra ama, vestida y adornada; en fin, como quien ella es. Sus doncellas y ella todas son una ascua de oro, todas mazorcas de perlas, todas son diamantes, todas rubíes, todas telas de brocado de más de diez altos; los cabellos sueltos por las espaldas, que son tantos rayos del sol que andan jugando con el viento.

Así expresa Sancho las virtudes de la supuesta ama (Dulcinea) y sus doncellas

Don Quijote por su parte define sus rasgos y características con metáforas entrelazadas:

Bastaros debiera, bellacos, haber mudado las perlas de los ojos de mi señora en agallas alcornoqueñas, y sus cabellos de oro purísimo en cerdas de cola de buey bermejo […] sin que le tocárades el olor; que por el siquiera sacáramos lo que estaba encubierto debajo de aquella fea corteza. […] Porque yo sé bien a lo que huele[Dulcinea] aquella rosa entre espinas, aquel lirio del campo, aquel ámbar desleído.

Símil

El arzón trasero de la silla pasó de un salto, y sin espuelas hace correr la hacanea como una cebra. Y no le van en saga sus doncellas que todas corren como el viento. […] Puso las espuelas a Rocinante, y, puesta la lanza en el ristre, bajó [Él] de la costezuela como un rayo.

Hipérbole

Los cabellos que en alguna manera tiraban a crines, él los marcó por hebras de lucidísimo oro de Arabia, cuyo resplandor al del mesmo sol oscurecía.

De puro molido y quebrantado no se podía tener sobre el borrico, y de cuando en cuando daba unos suspiros que los ponía en el cielo.

Humanización

El cielo conmovido de mis lágrimas y plegarias ha ordenado que no se pueda mover Rocinante; y si vos quereís porfiar y espolear, y dalle, será enojar a la fortuna.

Imágenes sensoriales en Don Quijote

Imagen visual

Hiciéronlo ansí y pusiéronse sobre una loma, desde la cual se vieran bien las dos manadas que a don Quijote se le hicieron ejércitos si las nubes del polvo que levantaban no les turbara y cegara la vista; pero, con todo esto, viendo en su imaginación lo que no veía ni había.

El hidalgo Diego de Miranda, cabalgando a lomos de una muy hermosa yegua tordilla, vestido un gabán de fino paño verde […]; el aderezo de la yegua era […] asimismo de morado y verde; […] las espuelas no eran doradas, sino dadas con un barniz verde.

Imagen auditiva

Comenzó la caza con grande estruendo, grita y vocería, de manera que unos a otros        no podían oírse, así por los ladridos de los perros como por el son de las bocinas.

Imagen táctil

Al polvo y al cansancio que don Quijote y Sancho sacaron del descomedimiento de los toros, socorrió una fuente clara y limpia que entre una fresca arboleda hallaron […]  enjugóse la boca, lavóse don Quijote el rostro.

Imagen olfativa

Tiene otra propiedad muy diferente de la que yo he oído decir que tienen los demonios; porque, según se dice, todos huelen a azufre y a otros malos olores, pero este huele a ámbar de media legua.

Imagen sinestésica

Era la noche, como se ha dicho oscura, y ellos acertaron a entrar entre unos árboles altos, cuyas hojas movidas del blando viento, hacían un temeroso y manso ruido; de manera que la soledad, la oscuridad, el ruido del agua con el susurro de las hojas, todo causaba horror y espanto.

Otras características narrativas en Don Quijote de la Mancha

Anáfora

Allí fue el desear de la espada de Amadís contra quien no tenía fuerza encantamiento alguno; allí fue el maldecir de su fortuna; allí fue el exagerar la falta que haría en el mundo su presencia el tiempo que allí estuviese encantado; allí el acordarse de nuevo de su amada Dulcinea del Toboso; allí fue el llamar a su buen escudero Sancho Panza.

Antítesis

¡Dios te tenga de su mano, pobre don Quijote; que me parece que te despeñas de la alta cumbre de tu locura hasta el profundo abismo de tu simplicidad!

Paronomasia

Este mi amo, por mil señales he visto que es un loco de atar, y aun también yo no le quedo en zaga, pues soy más mentecato que él, pues le sigo y le sirvo, si es verdadero el refrán que dice “No con quien naces sino con quien paces”.

Derivación

Si alguna mujer hermosa viniere a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus suspiros.

Aliteración

La sangre se hereda y la virtud se adquiere, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.

Elipsis

Bebamos y vivamos nosotros; que el tiempo tiene cuidado de quitarnos las vidas, sin que andemos buscando apetites para que se acaben antes de llegar su sazón y término y que se caigan de maduras.

Simbolismo

Estas piernas abrazo, bien, así como si abrazara las dos columnas de Hércules ¡oh resucitador insigne de la ya puesta en olvido andante caballería! ¡Oh no jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la mancha, ánimo de los desmayados, arrimo de los que van a caer, brazos de los caídos, báculo y consuelo de todos los desdichados!

Ironía

¡Mirad, cuerpo de mi padre –respondió Sancho-, qué martas cebollinas o qué copos de algodón cardado pone en las talegas, para no quedar molidos los cascos y hechos alheña los huesos!  Pero, aunque se llenaran de capullos de seda, sepa, señor mío, que no he de pelear.

Verosimilitud del relato

Los hechos narrados en don Quijote son ficticios, pero no por ello carentes de lógica.

En la trama de esta novela gravita la agitada vida de la España barroca, con una sensación de fracaso, pesimismo y abandono; solo les queda una patria vencida y agotada.

Cervantes no puede evadir esta realidad, su propia vida lo refleja.

En 1605, justo el año en que publica la primera parte de su obra magna, es hecho prisionero junto con sus hermanas, su sobrina y su hija, porque un caballero navarro apareció muerto frente a su casa.

El honor de toda una familia va a la cárcel, pero él no desmaya; lucha y logra salir airoso de este impase.

Vemos en Don Quijote, el escepticismo y la tolerancia de un hombre a quien, las tragedias y adversidades, no hicieron perder el talante comprensivo y la humanidad.

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha no es un loco grotesco, es un personaje lleno de humanidad, bondadoso y amante de la justicia.

Por otra parte, su escudero Sancho Panza, representa una figura ignorante e ingenua, motivado por la satisfacción del deseo material inmediato.

No obstante, la visión practica de Sancho no rivaliza con el idealismo quijotesco, porque tanto la practicidad como la bondad son valores que se integran en el ser humano.

Cervantes trata de fundirlos en un juego de contrastes que evidencian su benévola ironía ante la vida.

Trascendencia artística y universalidad de Don Quijote de la Mancha

La universalidad del Quijote se extiende a todos los ámbitos artísticos; a nivel literario ha sido objeto de diversos análisis y estudios. Es el libro más traducido y editado después de la Biblia.

Se han escrito obras musicales inspiradas en esta novela. Pintores de amplia trayectoria como Goya o Salvador Dalí, han elaborado lienzos alusivos al caballero de la triste figura.

En su honor se han realizado grandes monumentos artísticos en grabados y esculturas y, es conocido mundialmente, el grupo escultórico que, representa a Don Quijote de la Mancha y a su escudero Sancho Panza; ubicado en la Plaza España en Madrid.

Esta obra es sin duda una creación literaria sin par, donde Cervantes, deseando parodiar las novelas de caballería, escribió la mejor de ellas.

Aquí puedes leer Don Quijote de la Mancha.

Bibliografía consultada

Serrando Poncela, Segundo. La Literatura Occidental. Edición de la Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1963.

Steban Scarpa, Roque. Lecturas Clásicas Españolas. Editorial Zig-Zag. Santiago de Chile.

Márquez Villanueva. Personajes y temas del Quijote. Editorial Taurus. Madrid España, 1972.

Rosenbalt, Ángel. La lengua del Quijote. Editorial Gredos. Biblioteca Románica Hispánica. Tomo II. Madrid España, 1978.

Castro, Américo. El pensamiento de Cervantes. Editorial Noguer. Barcelona España, 1972.

Cervantes Saavedra, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. Editorial Bruguera. 2 tomos. Barcelona España. 1971.

Publicidad

Sin comentarios

Deja una respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.