Ribbentrop, el encargado de la política exterior nazi

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Víctor Muñoz Fernández
Apasionado por la Historia, es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Desde pequeño le encantaba la Historia y acabó por explorar sobre todo los siglos XVIII, XIX y XX.

Joachim von Ribbentrop fue el político que orquestó la expansión del III Reich alemán en el siglo XX. Sus pactos ocultos fueron los que hicieron estallar la Segunda Guerra Mundial y, además, fue el responsable de que muchos judíos que vivían en países como Italia o Polonia fueran asesinados.

Ribbentrop

Nació el 30 de abril de 1893 en Wesel (Alemania) en el seno de una familia con gran poder adquisitivo. Gracias al potencial económico de sus padres, Ribbentrop acudió a sendos colegios privados en Alemana y en Suiza. Su carrera laboral la inició en 1910 en Canadá, donde trabajó como comerciante de vinos.

El estallido de la Primera Guerra Mundial le llevó de nuevo a Alemania, donde ingresó en el ejército. La primera misión de Ribbentrop fue la campaña sobre Constantinopla, que le reportó la obtención de una Cruz de Hierro al Mérito Militar y el ascenso a teniente. El resto de la guerra lo pasó en el frente oriental hasta que terminó en 1918. Aunque muchos de los combatientes quedaron marcados para siempre, Ribbentrop retomó sus actividades empresariales y se mantuvo al margen de la política.

Esto cambio, sin embargo, en 1930. Ese año, conoció a Adolf Hitler y poco después se asoció al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP). Aunque en un principio fue amigo de Franz von Papen, Ribbentrop cambió radicalmente y apoyó al líder nazi. Este cambio hizo que Goebbels le considerase desleal, lo que le forzó a intentar ganarse la simpatía del Führer fuese como fuese.

Entre 1933 y 1935, Ribbentrop viajó por toda Europa intentando ganar tiempo frente a los aliados para que los alemanes pudieran rearmar su ejército. La campaña fue un éxito, pues logró un acuerdo naval con Gran Bretaña y la firma de un pacto Anti-Komintern en 1936. En dicho año su política dio un vuelco, ya que propició que los alemanes se alejasen de los chinos, en favor de los japoneses.

En 1936, Hitler nombró a Ribbentrop embajador en Gran Bretaña para que consiguiera una alianza germano-británica. No obstante, los ingleses recelaron de sus intenciones y la misión alemana fracasó. Pero esto no frenó el ascenso de Ribbentrop, ya que el 4 de febrero de 1938 fue ascendido a ministro de Asuntos Exteriores.

Su mandato al frente de la política exterior alemana se caracterizó esencialmente por el belicismo que empleó en sus amenazas a Gran Bretaña y Francia. Destacó especialmente el pacto que realizó con la Unión Soviética, bautizado como Molotov-Ribbentrop, que aseguraba la neutralidad de Rusia en una posible guerra Europea. Además, gracias a él, se formó el pacto tripartito que dio forma al Eje Roma-Berlín. Pero sus aportaciones se quedaron ahí, ya que el avance de la Segunda Guerra Mundial le relegó a puestos meramente burocráticos.

El 15 de junio de 1945, Ribbentrop fue arrestado en Hamburgo por el ejército británico. Fue juzgado en Nuremberg y la sentencia dictó que debía de ser ejecutado por haber perpetrado crímenes de guerra, crímenes contra la paz y genocidio. Así, el 16 de octubre de 1946 fue ahorcado en Nuremberg, siendo el primer líder nazi que era condenado.

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