Un grupo de arqueólogos que trabajaban en el yacimiento de Edfú, al sur de Egipto, han encontrado la base de una pirámide provincial de 4.600 años de antigüedad, que se ha adscrito al reinado del faraón Huni (ca. 2635-2610 B.C.) o quizá Snefru (ca. 2610-2590 B.C.). La pirámide, anterior a las celebérrimas de Giza, arroja luz sobre un período aún desdibujado de la historia del Egipto faraónico: el período del Reino o Imperio Antiguo.
A lo largo de este período, que abarca aproximadamente los años 2700 a 2200, la arquitectura piramidal experimentó un gran desarrollo, convirtiéndose esa época en la era de las pirámides por excelencia. Partiendo de la original mastaba –una construcción funeraria con forma exterior trapezoidal o de pirámide truncada, con pasadizos, fosas y cámaras excavadas bajo tierra donde se depositaban los cuerpos– los distintos faraones asistidos por los arquitectos reales realizaron varias intentonas con el fin de alcanzar la mayor altura y monumentalidad posible, así como una estructura de tres caras triangulares perfectas. Un afán justificado por la simbología que representa su geometría: la pirámide se asocia a los rayos del sol, y con ello, al dios Ra.
Los reyes Huni y Snefru intentaron ampliar la estructura original de la mastaba superponiendo estructuras trapezoidales que disminuían de tamaño en altura, pero no se lograría la forma perfecta hasta el reinado de Keops y su Gran Pirámide de Giza. Además de las monumentales, proliferó la construcción de pequeñas estructuras de forma casi piramidal o de mastaba ampliada, de carácter provincial y cercanas a ciudades importantes, pero sin cámaras funerarias. Aunque se desconoce su función exacta, podrían haber sido centros de culto real cuando el faraón visitaba las provincias o servir únicamente como conmemoración de la gloria del reinado. Un total de siete, de semejantes dimensiones, son las que se han descubierto hasta la fecha, junto con esta nueva de Edfú.
A los pies de la pirámide han aparecido restos de bebés y niños, así como grafitos inscritos en jeroglífico labrados en la cara exterior de las piedras. Se trata de dedicatorias muy privadas y severas dedicadas a los niños. Sin embargo, los investigadores descartan que se trate de un edificio para enterramientos, pues tanto los cuerpos como los jeroglíficos corresponden a épocas posteriores.
Por supuesto, una construcción de tal magnitud no podía pasar desapercibida ante los ojos de los investigadores. Aunque ya se conocía de su existencia, no ha sido hasta ahora cuando se ha excavado su estructura, limpiado y eliminado una capa de arena y escombros que la tapaba. Los aldeanos cercanos a Edfú pensaban que aquel montículo de restos, lejos de parecer una pirámide, señalaban la tumba de un santo musulmán, hasta que se procedió al estudio del monumento y se reveló la pirámide.
El análisis técnico y artístico de la construcción original ha revelado que se trataba de una pirámide de 13 metros de alto, construida con bloques de arenisca con una estructura de pirámides truncadas superpuestas, similar a la de la pirámide escalonada de Zoser. Los arqueólogos apuntan a que posiblemente fue abandonada durante el reinado de Keops, 50 años después de su construcción, pues la Gran Pirámide que realizó el faraón acaparó centralizó el culto oficial y eclipsó la construcción de pirámides provinciales.