Durante las obras de rehabilitación del Mercado de San Blas en La Rioja, se encontraron restos arqueológicos relacionados con antiguas iglesias erigidas en el lugar, las cuales fueron derrumbadas en 1837, utilizando este espacio posteriormente, para este importante mercado de la comunidad.
Los hallazgos se componen de dos muros de sillería perfectamente alineados, junto a un gran número de inhumaciones en la misma posición de los muros, además de otras estructuras arquitectónicas que se dirigen a otro punto de la ciudad.
Para resguardar los vestigios antiguos del sitio, la rehabilitación del Mercado de San Blas está acompañada de arqueólogos, quienes continuarán en el sitio estudiando estos hallazgos.