El Valle de Teotihuacán, situado en el Estado de México, ha experimentado durante los últimos siglos unos cambios climáticos que han producido una transformación total de su flora y fauna, llegando en multitud de casos a hacer desaparecer especies.
Gracias al análisis de las colecciones arqueozoológicas extraídas del de la zona se ha podido observar que a partir del año 1500 se comenzó a producir una gran disminución de las especies silvestres, sobreviviendo únicamente las especies que pudieron adaptarse a los grandes cambios como el tlacuache.
Los factores que han hecho más acusado estos cambios han sido sin duda los producidos por el hombre al realizar explotaciones de madera y agropecuarias en el siglo XIX, así como, también su propio crecimiento urbano. En el Valle, ahora desértico, han existido zonas boscosas ya que han sido encontrados restos de animales pertenecientes a un clima más húmedo y que solían vivir en áreas cercanas a cursos de aguas.
Para comprender los cambios en el Valle de Teotihuacán se llevó a cabo un estudio en animales, como los roedores, que aunque no se suelen tener en cuenta por los arqueólogos, en este caso, ofrecían gran cantidad de información sobre las adaptaciones ecológicas de cada especie.
Los resultados han sido mostrados en el Seminario sobre el Cambio Climático y Procesos Culturales que organiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por medio de la Coordinación Nacional de Antropología y de la Dirección de Etnología y Antropología Social.