Un pequeño esqueleto con su cabeza aplastada con cierta forma de alienígena encontrado en el desierto de Atacama hace una década, tiene orígenes terrenales, pero sus restos siguen siendo todo un misterio médico.
Al parecer, cuando se encontró el ejemplar momificado, algunos sugirieron la posibilidad de que era un extraterrestre que había llegado de alguna manera a la Tierra, aunque los investigadores nunca sugirieron este origen sobrenatural. Ahora, las pruebas de ADN han revelado que el individuo era en realidad un ser humano de 6 a 8 años de edad, aunque sus restos sólo tenían un tamaño de 15 centímetros.
El investigador Gary Nolan, profesor de microbiología e inmunología de la Escuela de Medicina de Stanford, y sus compañeros, analizaron la muestra en otoño de 2012 con fotografías, radiografías y tomografías computarizadas y la secuenciación de su ADN. Los investigadores pretendían averiguar si los restos sufrían algún trastorno que pudiera explicar su anómalo esqueleto (como que solo tenía 10 costillas en lugar de 12), su edad exacta, si nació muerto o era un niño con deformidades, o si era un ser humano o un primate de América del Sur.
Los restos también mostraban deformidades craneales y un subdesarrollo leve de la cara y la mandíbula. El cráneo mostraba signos de turricefalia (o síndrome de cabeza grande), un defecto congénito en el que la parte superior del cráneo tiene forma de cono. La secuenciación del genoma reveló que la criatura era humana, aunque el 9% de sus genes no coincidían con el genoma humano de referencia. Los desajustes pueden derivar de varios factores, como la degradación, los objetos de preparación del laboratorio o datos insuficientes.
El equipo también analizó el ADN mitocondrial para conocer su procedencia. Los estudios revelaron que el individuo proviene de Atacama, ya que posee el haplotipo B2 típico de la costa oeste de América del Sur. Los datos de los alelos del ADN mitocondrial muestran que la madre del individuo era “una mujer indígena de la zona chilena de América del Sur”, escribió Nolan en un correo electrónico.
El jurado aún está deliberando sobre las mutaciones que pudieron causar las deformaciones y los investigadores no están seguros de la edad de los huesos a pesar de que estiman que el individuo falleció hace por lo menos unas décadas. Además, no encontraron ninguna mutación asociada comúnmente al enanismo y, si hay una base genética para las deformidades, aún “no es evidente en esta fase del análisis”.
Esta no es la primera vez que la ciencia encuentra restos con aspecto alienígena. Un equipo de investigación descubrió restos de cráneos con forma de alienígena en un cementerio de hace 1.000 años en México, pero revelaron que habían sido deformados deliberadamente ilustrando la práctica de la deformación del cráneo que era común en aquella época en Centroamérica.
