Un estudio sostiene que los derechos y privilegios de la cultura campaniforme, también abarcaban a mujeres

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Fernando Barroso Vargas
Periodista de Europa Press, colaborador de "Sevillanos de Guardia" en Onda Cero Radio y escritor colaborador en MRN Aljarafe.

La lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres ha cobrado más cuota de atención en el debate público y político desde las multitudinarias manifestaciones que el 8 de marzo de 2018, abarrotaron no pocas ciudades en demanda de un mayor compromiso de los poderes y la sociedad contra los comportamientos machistas, la violencia de género y la discriminación que afrontan las mujeres en ámbitos como el laboral.

Esta reivindicación de más avances tangibles en la equiparación práctica entre hombres y mujeres ha sido una demanda creciente a lo largo de los últimos tiempos, con su reflejo en diversos ámbitos de la sociedad, como por ejemplo la investigación científica.

En tal contexto se encuadra el estudio titulado “La mujer en el registro funerario campaniforme y su reconocimiento social”, una investigación publicada en 2015 en la revista digital Trabajos de Prehistoria y que firman los investigadores Corina Liesau y Concepción Blasco del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, Patricia Ríos del área de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona y el arqueólogo Raúl Flores.

Dicho estudio se centra en “el fenómeno” de la cultura campaniforme, desarrollado durante la Edad del Cobre y el periodo temprano de la Edad del Bronce con especial presencia en la Península Ibérica, y el papel de las mujeres en tales grupos humanos a través de enterramientos femeninos conectados con dichas sociedades prehistóricas.

Así, los autores de esta investigación tratan de “caracterizar la mitad invisible” de la población señalada por Claudine Cohen en un estudio de 2011 titulado “La mujer en los orígenes. Imágenes de la mujer en la Prehistoria occidental”.

Tumbas femeninas singulares

A la hora de “abordar el posible papel de la mujer en los grupos campaniformes”, este estudio se basa principalmente en las “tumbas femeninas singulares” de tres yacimientos de la Edad del Cobre enclavados en la comunidad de Madrid, en concreto los de Camino de las Yeseras (San Fernando de Henares), Humanejos (Parla) y La Magdalena (Alcalá de Henares), que contienen tanto enterramientos directamente asociados a la cultura campaniforme como carentes de los rasgos de la misma.

Al respecto, Corina Liesau, Concepción Blasco, Patricia Ríos y Raúl Flores detallan que en el caso del yacimiento de Camino de las Yeseras, “al menos cuatro de los 20 individuos” inhumados en los enterramientos de este enclave con ajuares campaniformes corresponden a mujeres, lo que supone “un 20 por ciento” frente al 45 por ciento de varones (8) y el 35 por ciento restante de “infantiles” (3) y adultos (4) “sin asignación sexual” concretada.

“Si se eliminan las dos últimas categorías, no deja de sorprender que los individuos masculinos campaniformes (enterrados en este enclave) solo dupliquen a las féminas inhumadas”, destacan los autores de esta investigación.

En cuanto al yacimiento de Humanejos, el estudio detalla que de los 15 individuos localizados en seis enterramientos, “los infantiles suponen cerca del 25 por ciento, los varones casi el 53 por ciento y las mujeres un 22 por ciento”, es decir una proporción similar.

“En el extremo opuesto destaca la proporción de mujeres del yacimiento de La Magdalena”, continúan desgranando los autores de este estudio, precisando que en esta última necrópolis prehistórica de Alcalá de Henares, las mujeres son el componente “principal” entre los once esqueletos que albergaban las cinco tumbas excavadas en dicho sitio.

enterramientos en humanejos
Los enterramientos femeninos excepcionales de Humanejos. Trabajos de Prehistoria.

Eso sí, a la hora de analizar la tipología de los enterramientos, estos investigadores avisan de que “ninguna de estas mujeres fue merecedora de ser depositada (individualmente) en estructuras tumbales monumentales como los hipogeos, que por sus magnitudes y costosos sistemas de cierre marcan claras diferencias con las demás tumbas agrupadas en las áreas funerarias campaniformes”.

Así, en este estudio se precisa que las mujeres asociadas a grupos de la cultura campaniforme examinadas en esta investigación, “cuando son inhumadas de forma individual o con un infante, se encuentran en pequeñas covachas y en menor medida en tumbas de fosas colectivas”, como queda especialmente de relieve en los enclaves arqueológicos de Humanejos y La Magdalena.

Indicios de “calidad de vida”

Pero estos investigadores ponen especial atención a las características de algunas de las inhumaciones femeninas localizadas en estos yacimientos asociados a la cultura campaniforme, señalando por ejemplo el caso de una mujer enterrada en una covacha junto a un bebé y un ajuar de apenas unos cuencos en el enclave de Camino de las Yeseras.

Y es que entre otros aspectos, al carecer sus restos óseos de “fuertes inserciones musculares en los brazos, reiteradamente presentes en las mujeres sin ajuar campaniforme”, es de suponer que “su condición social le pudo proporcionar una calidad de vida exenta de las duras tareas realizadas habitualmente por buena parte de las mujeres sin campaniforme coetáneas del mismo asentamiento”.

Igualmente, los autores de este trabajo se fijan en otro enterramiento femenino en covacha del yacimiento de Camino de las Yeseras, en este caso plenamente “individual”. Según Liesau, Blasco, Ríos y Raúl Flores, aunque su ajuar campaniforme “no es extraordinario”, destaca “el hecho de haber sido inhumada de forma individual y que sostenga entre sus brazos o manos un vaso, un detalle habitual en las posturas deposicionales masculinas”.

Y, sobre todo, los investigadores ponen especial énfasis en dos “excepcionales tumbas femeninas” del yacimiento de Humanejos, al incluir las mismas “los ajuares más destacados de entre las féminas”.

“Aún sin contar con la característica vajilla campaniforme, ambas (mujeres) fueron sometidas a un ritual propio de los grupos campaniformes”, precisan los autores de este trabajo, explicando que los cuerpos de estas mujeres fueron depositados en posición decúbito lateral con las piernas flexionadas y estaban acompañados de “ornatos con piedras verdes” como las usadas en diversas necrópolis del ámbito campaniforme.

Más al detalle, una de estas dos tumbas albergaba el esqueleto de una joven de unos 20 años inhumada individualmente “en una fosa amplia” y cuyo cadáver fue “adornado con un collar de cuentas verdes, un puñal foliáceo de cobre, dos punzones también de cobre, una piedra de afilar, una gran olla o tinaja y otros recipientes”, mientras el otro enterramiento correspondía a una joven de entre 18 y 20 años y los restos de “tres individuos infantiles de corta edad”, en una “gran fosa de planta circular”.

Esta segunda joven, según el texto, “sostenía entre sus manos un punzón y un puñal de cobre” al igual que la primera, figurando también entre su ajuar varios recipientes.

Además, la investigación de estas dos tumbas habría revelado que estas mujeres habrían sido inhumadas con “posibles mortajas con prendas impregnadas de cinabrio”, un colorante que además habría sido usado para “espolvorear” sus cadáveres.

Materiales reservados a los líderes

Estas dos jóvenes, en resumen, fueron enterradas con “donaciones que se encuentran en las tumbas campaniformes más destacadas”, incluyendo su ajuar funerario “elementos y materias primas reservadas a los líderes”.

Éstos y otros aspectos de los enterramientos femeninos de la cultura campaniforme examinados en esta investigación llevan a los autores a considerar “comprobado que la mujer fue parte integrante de los grupos campaniformes con ciertos derechos y que, al menos algunas de ellas, disfrutaron de unas condiciones de vida privilegiada”.

Al respecto, Corina Liesau, Concepción Blasco, Patricia Ríos y Raúl Flores señalan que, en las tumbas de los yacimientos investigados en este estudio, “los varones fueron objeto de un mayor reconocimiento, manifestado a través de amplías y valiosas donaciones”, si bien el análisis de las tumbas femeninas ha reflejado que “también algunas mujeres desempeñaron un papel destacado, llegando a ser merecedoras de objetos de cierto valor (en sus ajuares funerarios) como los punzones”.

En ese punto concreto, los investigadores indican que “los ajuares funerarios de las mujeres campaniformes” estudiadas en este trabajo “destacan frente a otras tumbas femeninas” no asociadas a la cultura campaniforme.

Así, los autores de este estudio atisban una “transformación sustancial de la visión tradicional” respecto a las mujeres de los grupos de la cultura campaniforme. “¿Estamos ante un tratamiento diferenciado por razón de género y también pudo haber mujeres que alcanzaron la cúspide social? ¿Estamos ante una consideración distinta de la mujer entre los grupos campaniformes respecto a los no campaniformes?”, plantean los autores de esta investigación, manifestando que “esta aproximación de enorme interés requiere mayor atención” para “definir” mejor el papel de la mujer en estas sociedades.

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