Un esqueleto descubierto al norte de Viena, ha obligado a los arqueólogos e historiadores a crear una nueva mirada sobre los papeles que jugaban los géneros en la prehistoria, pues estos restos pertenecen a una muy buena trabajadora del metal, una profesión que se pensaba que era llevada a cabo exclusivamente por hombres.
El Museo de Historia Antigua de la Baja Austria dice que la tumba pertenece a la Edad del Bronce, unos 2.000 años antes del nacimiento de Cristo, y que los huesos pertenecen a una mujer de entre 45 y 60 años.
El Museo explica además, que también encontraron en el lugar herramientas para hacer adornos de metal, lo que lleva a la conclusión de que era una trabajadora del metal y que había recibido los elementos para continuar con sus labores en el más allá, tal y como era la creencia en la época.
Entre las herramientas encontramos un yunque, un martillo y cinceles de pedernal, así como algunos pequeños objetos de joyería que bien pudieron ser hechos por la misma mujer.
En un comunicado emitido el miércoles, el experto Ernst Lauermann, quien dirigió los trabajos de la tumba, dijo que aunque faltaban los huesos de la pelvis, tanto el cráneo como la mandíbula inferior encontrados a 145 cm de la superficie, mostraron que se trataba de una mujer.
Añadió que “era normal en aquél entonces que una persona fuese enterrada con los elementos que formaban parte de su trabajo cotidiano, por lo que es muy probable que las herramientas hayan sido utilizadas para fabricar joyas”.
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