Utilizan bacterias para restaurar frescos del siglo XVII en Valencia

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Marcelo Ferrando Castro
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Un equipo multidisciplinario de expertos en arte y microbiólogos de la Universidad Politécnica de Valencia, viajaron a Italia con el fin de aprender la técnica Colalucci, la limpieza con bacterias, para así aplicarla en los frescos del siglo XVII hechos por Antonio Palomino en la Iglesia de los Santos Juanes de Valencia.

Real Iglesia de los Santos Juanes, Valencia

La técnica fue desarrollada por Giancarlo Ranalli y la aplicó por primera vez para limpiar los frescos del Camposanto Monumental, un claustro del siglo XIII junto a la Torre de Pisa.

Los murales españoles fueron dañados dos veces en menos de medio siglo: por un incendio en 1936 y luego, en la década de 1960 debido a una pésima restauración. En el último caso, los restauradores utilizaron una cola de origen animal para reemplazar los frescos separados. Con el tiempo, el pegamento endureció dejando una capa insoluble.

Es ahora cuando los restauradores del Instituto de Restauración del Patrimonio comenzarán a mejorar la obra utilizando una técnica de impresión digital para rellenar las grietas de pintura, pero se han visto frustrados sus intentos por la acumulación de sales cristalizadas que quedaron tras el incendio.

Los métodos tradicionales para solucionar estos problemas, o bien requieren el uso de productos químicos tóxicos (que no son selectivos y pueden llegar a dañar a otros elementos) o aplicando un raspado mecánico que puede llevar mucho tiempo y dañar la pintura posterior.

Ante este panorama es que los profesores de microbiología Rosa María Montes Estellés y Pilar Bosch, junto a un Doctor en Ciencia y Restauración del Patrimonio, viajaron a Italia a aprender sobre la tecnología de bacterias de Colalucci, donde ya se conoce que los expertos utilizan algodón para aplicar las cepas de bacterias en las zonas seleccionadas.

Rosa María Montes aplicando la tecnología de las bacterias para la restauración

En la naturaleza, hay bacterias que se alimentan de casi cualquier cosa, por lo que el primer paso será escoger cuál se va a utilizar y de allí, favorecer su desarrollo. En el caso de los frescos valencianos se utilizarán Pseudomonas, para que devoren las salinas y otros residuos de adhesivo que tienen los frescos. En este caso, se aplicarán pequeñas bolas de gel, pues se pueden aplicar con mayor rapidez, de manera más uniforme y cubre toda la superficie evitando que la humedad penetre en la pintura.

Hasta el momento, el equipo de Valencia ha puesto a prueba el gel con Pseudomonas en dos zonas concretas de la Iglesia y toda la restauración está prevista que tarde unos tres años, en tanto que los científicos continúan experimentando con diferentes especies de bacterias, con las superficies y con los diversos elementos dañinos.

Imagen Iglesia: Catedrales e Iglesias en Flickr
Imagen Rosa María Montes: History Blog

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