Frantisek Palacký, uno de los padres de la nación checa

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Víctor Muñoz Fernández
Apasionado por la Historia, es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Desde pequeño le encantaba la Historia y acabó por explorar sobre todo los siglos XVIII, XIX y XX.

Frantisek Palacký fue uno de los padres de la nación checa, junto con Carlos IV y Tomáš Garrigue Masaryk. No fue un revolucionario al uso, sino un historiador que acabó en el terreno político tras la Revolución de 1848 y que defendió la autonomía y la independencia de Bohemia, Moravia y Silesia en lo que él llamaba “Reino de Chequia”.

Frantisek Palacký, uno de los padres de la nación checa
Frantisek Palacký, uno de los padres de la nación checa

Nació el 14 de junio de 1798 en Hodslavice en el seno de una familia de clase media-baja. Su padre era maestro de escuela, por lo que le envió al Liceo evangélico-luterano de Bratislava. El joven Palacký demostró tener un gran talento, especialmente para las lenguas, puesto que aprendió hasta once distintas.

En 1823, se trasladó a Praga donde se rodeó de compañías lo suficientemente influyentes como para evitar la represión que los austríacos hacían contra los estudiantes nacionalistas eslavos.

Durante su estancia en la antigua ciudad europea, conoció al conde Sternberg, quien le contrató para ser su archivista. Ocupando esta posición, Palacký entró en contacto con muchos registros históricos que hablaban del sentimiento nacional checo, así que empezó a sentir una necesidad de ver cumplido este sentimiento.

En 1829, le fue concedido el título de historiógrafo de Bohemia y empezó a trabajar en su obra más importante: “La Historia de la Nación Checa en Bohemia y Moravia”. La publicación hablaba del desarrollo de la nación checa, así como de su extinción, y constaba de cinco volúmenes que salieron al público entre 1836 y 1867. En un principio, las autoridades austríacas la censuraron parcialmente pero con la abolición de la censura policial en 1848, pudo publicar una edición completa años más tarde.

La Revolución de 1848 que azotó el Imperio Austríaco llevó a Palacký al terreno de la política. La fama que le precedía como historiador nacionalista le ayudó a llegar al Reichstag y le convirtió en presidente del Congreso Paneslavo que se celebró en Praga en junio de 1848. En aquella época, el historiador pensaba que la solución ideal para los problemas de Bohemia era el federalismo. Pero tras el triunfo del centralismo austríaco, fue partidario de la autonomía de Bohemia y la defendió durante el resto de su vida. Se dio cuenta de que el sentimiento nacional checo no debía estar subyugado a otras culturas ni a otras naciones.

En 1861, Palacký fue proclamado miembro vitalicio del senado austríaco pero no pudo ejercer demasiada influencia. Es cierto que intentó defender la causa checa y luchar por los ideales, pero ni el emperador ni el resto de diputados atendían sus peticiones. Tan solo durante una breve etapa de Francisco José I pareció que podría lograrse el autogobierno, aunque todo quedó en palabras vanas.

La aspiración de Palacký era la de crear un reino checo que abarcase Bohemia, Moravia y Silesia. No obstante, nunca pudo verlo cumplido, ya que falleció el 26 de mayo de 1876 en Praga. Dejó tras de sí un gran repertorio de obras sobre el nacionalismo checo fundamentadas en la Historia de Bohemia y los territorios circundantes. Hoy en día se le considera uno de los padres del sentimiento nacional checo.

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