Recuperados en la formación Prince Creek al norte de Alaska, los restos óseos fosilizados de un dinosaurio apuntan a que pertenecieron a una especie nueva de la familia de los Tyrannosaurus rex.
Los extractos parciales del paladar, los maxilares y la mandíbula han sido comparados con los de otras especies de tyrannosáuridos y el resultado parece indicar que esta nueva especie, el Nanuqsaurus hoglundi, está estrechamente relacionado con el feroz T. rex.
Sin embargo, el nuevo primo del rex no comparte las impresionantes dimensiones de su pariente: es una especie de menor tamaño, que apenas supera el medio metro de largo (poco en comparación con los entre 1,5 y 2 metros del rex), y también carnívoro. Se ha rastreado su presencia en latitudes medias de Asia y Norteamérica, por lo que vivió en un entorno continental muy extremo en algunas estaciones.
Los investigadores creen que podría tratarse de una adaptación de la familia tyrannosaúrida a los climas gélidos del norte, de ahí la reducción de su tamaño en comparación con las especies de latitudes más bajas. De ser cierto, la el Nanuqsaurus hoglundi ayudaría a estudiar la adecuación de estos animales a climas árticos.