Un alijo de cerezas con 250 años de antigüedad ha sido desenterrado en la mansión Mount Vernon que perteneció a George Washington, dentro de unas botellas tapadas con corchos, tal como se acostumbraba hacer en la época.
El descubrimiento fue posible gracias a que se realizaban trabajos de reparación, hallándose las botellas bajo un suelo de ladrillos en la mansión.
Cuando los investigadores llegaron al sitio donde estaban las botellas afirmaron sentir el olor de flores de cerezo, al momento de encontrarlas y verter su contenido, pudieron identificar cerezos y semillas del fruto, además de un líquido color ámbar que salía de la botella.
Se cree que el agua se filtró por los corchos debido a los 250 años que permaneció enterrada, concluyendo que el posible momento de enterramiento de las botellas con las cerezas, fue entre 1756 y 1770, poco antes de estallar la guerra de independencia.
Por las medidas de la botella se piensa que el uso de las frutas era la cocina, no para crear la famosa bebida alcohólica a base de brandy y jugo de cerezas que gustaba tanto a Washington y su esposa.