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Proceso de digitalización en las cuevas de Mogao

En el noroeste de China se encuentran las cuevas de Mogao, un lugar donde no se quita ojo a las impresionantes pinturas budistas dibujadas nada menos que hace 1.400 años. A través de su recorrido se pueden observar escenas de cazadores, Budas, deidades voladoras, Bodhisattvas y caravasares.

Desde el siglo IV en adelante, las cuevas cerca de Dunhuang fueron un lugar en el que durante un milenio se depositaron muestras del arte budista. Es considerado por la Unesco como uno de los más ricos tesoros en donde se encuentran culturas chinas, griegas, romanas, islámicas e indígenas, ha comentado Mimi Gates, ex director del Museo de Arte de Seattle que está ayudando a preservar esta parte del patrimonio de la humanidad.

pinturas cueva de mogao en china

Sin embargo, se encuentran preocupados porque cada visitante con su cuerpo y respiración altera el ambiente en el que se encuentran conservadas. Cuando los turistas entran en la cueva se produce el aumento repentino de la humedad, temperatura y dióxido de carbono, cuya alteración es incluso más dañina que los flases de las cámaras. Las pinturas contienen sales naturales que han producido las mismas rocas, si la humedad sube por encima de un determinado valor, las sales pueden empezar a succionar la humedad del aire y comenzar así su proceso de deterioro.

En 2012 el lugar tuvo unos 200.000 visitantes, y aunque la capacidad máxima diaria recomendada es de unos 3.000, en un día festivo en octubre el lugar lo estuvieron viendo unas 18.000 personas.

Se está llevando a cabo un proceso de digitalización con el fin de aminorar este problema y reducir el tiempo que los visitantes pasan en el interior de la cueva. Miles de imágenes se han tomado de cada cámara usando luces especiales para evitar daños y después cuidadosamente un equipo se encarga de crear una réplica exacta. Sin embargo, la digitalización de las cuevas es muy difícil, se comenzó en el año 1990 fracasando y recomenzando en el año 2000 gracias a los avances tecnológicos. El reto más importante al que se enfrentan es la captura de la frescura de los colores, en particular, pigmentos como el bermellón y el verde de malaquita.

Una vez que el nuevo sistema entre en vigor los visitantes serán supervisados en cuanto lleguen al aeropuerto-único punto de entrada para Dunhuang- manteniéndose dentro de un circuito turístico muy controlado. En una sala verán las imágenes en alta definición de la parte interior de las cuevas antes de presenciarlo durante un corto periodo de tiempo.

Después del apogeo de Dunhuang, la Ruta de la Seda fue cayendo en desuso y las cuevas abandonadas, lugares que ahora son descritos por académicos y aficionados como majestuosos, increíbles y magníficos.

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