El saqueo de restos arqueológicos en Jordania es un problema difícil de solucionar pero al que parece que ha logrado escapar un mosaico perteneciente a una iglesia bizantina cerca de la ciudad romana de Jerash.
Tras un metro de tierra se encontraba enterrado el mosaico de Kanisat Qirmerl en perfecto estado de conservación. Con unas dimensiones de 5×7 metros ha conservado su color y en él se representa una escena, poco frecuente, de hombres subiendo por los árboles para refugiarse de la ira de osos y leones. Según una inscripción los mosaicos datarían entre los años 589 y 590 d.C.
Jerash, llamada Gerasa en el periodo greco-romano, alcanzó su máximo esplendor durante el siglo VI d.C. El Departamento de Antigüedades de la ciudad ha concluido con éxito la operación de rescate que ha durado 45 días y que tenía como objetivo descubrir y proteger el lugar.Sin embargo, uno de los problemas a los que se enfrenta el Departamento de Arqueología es la escasez de recursos a la hora de tener que llegar a un sitio y protegerlo con la mayor rapidez posible y así evitar su saqueo.
El descubrimiento de la iglesia es de gran importancia para la historia ya que puede constituir un argumento para afirmar que no hubo una destrucción sistemática de los iconos en el periodo iconoclasta. El periodo iconoclasta se sitúa entre los siglos VIII y IX, momento en el que la iglesia ortodoxa y emperadores bizantinos prohibieron las imágenes religiosas por lo que se procedió a su destrucción.