Una excavación cerca de Cracovia dio con el cementerio Huno más antiguo de Polonia, lugar donde se encontraron los restos de un entierro con dos niños, que luego de ser sometidos a diferentes análisis, han arrojado varias conclusiones interesantes sobre las prácticas funerarias de los Hunos en Europa.
Los dos niños fueron analizados con estudios de ADN, encontrando que uno de los niños colocado boca abajo y sin ajuar funerario tenía origen europeo. La manera en que fue enterrado indica un estatus social inferior al comprarlo con el segundo niño.
Por su parte, el segundo niño tenía un origen asiático, similar al de los nómadas de Kazajistán, enterrado con gran ajuar funerario que incluía joyas de oro y plata, un cuchillo de hierro, una vasija y restos de animales, además de tener el cráneo alargado.
Un elemento llamativo es que el niño fue enterrado con un gato, un cuervo y un perro, algo que no es común en entierros hunos y que da cuenta del intercambio cultural con los romanos europeos.
Si bien es cierto que el estudio arrojó el resultado de que ambos niños tenían una dieta rica en proteínas, lo más probable es que el niño europeo fuese de una clase social inferior, y que en vida era un compañero del niño huno.