Un equipo de investigadores independientes que se encontraban investigando en una estructura española del Valle de Santa Cruz en Arizona, encontraron un cañón de bronce que data de la expedición del español Francisco Vázquez de Coronado, considerado el arma de fuego más antigua encontrada en los Estados Unidos continentales.
Este tipo de cañón se consideraba de tipo defensivo y era colocada entre los muros con un trípode de madera, que para su utilización debía ser manipulado por dos personas.
Gracias a los estudios de radiocarbono y luminiscencia estimulada ópticamente, se determinó la antigüedad del armamento determinándose que es la primera arma de la expedición de Coronado encontrada hasta ahora y el arma de fuego más antigua de Estados Unidos.