Bajo los arbustos de un estacionamiento en la Prefectura de Nara en Japón, los arqueólogos han desenterrado una tumba de un personaje de élite, que se remonta al siglo VI d.C.
Al retirarse los arbustos y la maraña de tierra que cubría siglos de antigüedad, los arqueólogos encontraron restos cerámicos, dos espadas de hierro, puntas de flecha, objetos de equitación, junto a joyas de ámbar.
Por su parte, la cámara funeraria encontrada en el estacionamiento tiene unos 3,8 metros de largo, 1,6 metros de anchura y un metro de altura.
El área circundante donde se realizó el hallazgo se ha estudiado durante mucho tiempo, pero el lugar específico donde se encontró la tumba se sospechaba de albergar un enterramiento durante mucho tiempo, hasta que la excavación ha confirmado estas especulaciones.