Investigadores descubrieron en un antiguo cementerio de la Edad de Hierro, los restos de una mujer joven que fue sacrificada en un ritual antiguo, junto a los huesos de diferentes animales dando cuenta de una antigua ceremonia.
Los especialistas, al analizar el cuerpo de la mujer, se percataron no solo que tenía cerca de veinte años al momento de su muerte, sino que poseía una gran fuerza física tal como lo demuestra el estudio de sus músculos.
En su cuerpo se encontró evidencia de que murió apuñalada en el cuello y que su cadáver fue colocado encima de varios huesos animales que formaban la figura de una media luna, lo que significa que los huesos se colocaron deliberadamente así.

No obstante a pesar del cuidado en los huesos animales, el cuerpo de la mujer solo fue colocado arriba de estos huesos, encontrado boca abajo con la cabeza y sus piernas dirigidas al lado izquierdo, mientras que sus brazos estaban a la altura de los codos y sus manos debajo de su cuerpo.
Los arqueólogos están muy contentos con el hallazgo ya que no solo es un enterramiento temprano de este tipo de práctica que inició en el 400 a.C. aproximadamente, sino porque se diferencia sustancialmente de otros entierros en las cercanías del lugar.