Orígenes y apariencia de los Tengu
Los Tengu son una criatura legendaria que se encuentra en la religión popular japonesa, que se les considera un tipo de Yõkai, seres sobrenaturales, o Kami , dioses.
El Tengu se representó originalmente con la forma de aves de presa tanto con características humanas como de ave.
Los primeros Tengu fueron representados con picos, pero esta característica ha sido humanizada en una gran nariz.
En el budismo se consideró a los Tengu como demonios perturbadores y precursores de la guerra, pero esa imagen se ha ido suavizando hasta convertirse en espíritus protectores de las montañas y los bosques, aunque continúan siendo peligrosos.
Historia del Tengu
El Tengu puede ser encontrado caracterizado como un pájaro grande y monstruoso o un ser completamente humano, con cara roja o nariz grande.
En las primeras representaciones los Tengu son seres parecidos a los milanos que pueden adoptar una forma similar a la humana conservando las alas, la cabeza o el pico de las aves. La nariz larga del Tengu apareció en el siglo XIV, debido a una humanización del pájaro original.
A menudo se representa a los Tengu tomando la forma de algún tipo de sacerdote y a partir del siglo XIII, el Tengu se asoció a los Yamabushi, los ascetas de las montañas que practicaban Shugendõ.
A los Tengu se les representa sosteniendo un abanico de plumas mágico llamado Hauchiwa. En los cuentos populares, estos abanicos a veces tienen la capacidad de hacer crecer o encoger la nariz de una persona, pero normalmente se les atribuye el poder de provocar grandes vientos.
A finales del periodo Heian, desde el 794 hasta el 1185, aparecieron los primeros relatos en los que aparecen los Tengu.
Aquí los Tengu se representan como los oponentes del budismo que engañan a piadosos con imágenes falsas de Buda, se llevan a los monjes y los dejan en lugares remotos, poseen a las mujeres, roban templos y dotan de poder impío.
A lo largo de los siglos XII y XIII, continuaron los relatos en que los Tengu siguen causando problemas en el mundo. En este siglo se cree que son los fantasmas de los sacerdotes enojados, vanidosos o heréticos que habían caído en el reino Tengu.
El fantasma del emperador Sutoku
En el siglo XII un Tengu muy conocido era el Fantasma del emperador Sutoku, quien fue obligado a abandonar el trono por su padre.
Cuando más tarde se levantó la rebelión Hõgen para recuperar el país, fue derrotado y exiliado en la provincia de Sanuki en Shikoku.
Según la leyenda, murió atormentado habiendo jurado perseguir a la nación de Japón como un gran demonio y así se convirtió en un temible Tengu con uñas largas y ojos de un milano.
En las historias del siglo XIII, los Tengu comenzaron a secuestrar a los niños pequeños, así como a los sacerdotes.
Los muchachos eran devueltos a menudo, mientras que los sacerdotes se encontraban atados a las copas de los árboles.