¿Qué fue el arrianismo? Definición, historia y características

Más leídos

Marcelo Ferrando Castro
Después de estudiar Historia en la Universidad y tras muchas pruebas previas, nació Red Historia, un proyecto que surgió como medio de divulgación en donde encontrar las noticias más importantes de arqueología, historia y humanidades, además de artículos de interés, curiosidades y mucho más. En definitiva, un punto de encuentro para todos en donde poder compartir información y continuar aprendiendo.

El arrianismo se trata de una serie de doctrinas cristianas que surgieron a partir de la interpretación del obispo Arrio de las Sagradas Escrituras y de las teorías de Pablo de Samosata, obispo de Antioquía.

Arrio consideraba que Jesús no formaba parte de una unidad trinitaria con Dios, sino que era un humano más.

Por este motivo el arrianismo fue condenado como una herejía, sobre todo a partir de que la Iglesia concluyó que esta creencia debía ser un dogma de fe.

La ortodoxia reveló siempre que Cristo era Dios encarnado en un hombre aunque es cierto que en las llamadas «disputas cristológicas» siempre hubo un debate entre la verdadera relación entre el Padre y el Hijo.

Biografía de Arrio

Arrio nació en Libia en el año 256 y murió en el año 336.

Se formó en Antioquía como discípulo de Luciano al que se enfrentó por el papel que el otorgaba a Jesús como Hijo del Padre. Fue sacerdote de Alejandría.

No creía en la Trinidad de Dios, sino que Dios sólo era uno, el Padre.

La doctrina de Arrio fue declarada herética por el Concilio de Nicea, en el cual se declaró la consustancialidad del Padre y del Hijo, por lo que formaban el mismo ente divino.

La muerte de Arrio se produjo en extrañas circunstancias, justo cuando la Iglesia iba a volver a aceptar a Arrio dentro de la ortodoxia de Roma tras un acto de reconciliación.

Muchos creen que pudo ser envenenado.

Historia de arrianismo

La creencia en la consustancialidad del Padre y el Hijo no se dogmatizó hasta el Concilio de Nicea, hasta entonces muchos estudiosos y exegetas del Evangelio debatieron sobre la relación entre Jesús y Dios.

En estas disputas cristológicas había dos posiciones enfrentadas:

Adopcionismo

Consistía en creer que Jesús había sido un enviado de Dios, un Mesías mortal que difundió el mensaje de Dios. Esta idea primó en el oriente europeo y disputó el poder con la doctrina occidental.

Encarnacionismo

Dios descendió a la Tierra encarnándose en un hombre para redimir a la humanidad. Esta idea tuvo más difusión en el occidente europeo.

Este pensamiento tuvo más problemas para enraizarse en las clases instruidas, ya que suponían un acto de fe mayor que el más «racional» punto de vista adopcionista. Aunque es cierto que tuvo más apoyo por las clases dirigentes.

El arrianismo

Arrio tomó partido por las ideas adopcionistas, y algunos miembros de la Iglesia más cercanos al encarnacionismo intentaron detenerle.

En el año 320, el Sínodo de Egipto y Libia excomulgó a Arrio.

El emperador Constantino y su simpatía por Arrio

Ante la presión de la Iglesia para esclarecer el tema, se convocó por intermediación del emperador Constantino el Concilio de Nicea en el año 325, en el que se inspiró que Jesús era Dios y parte de la Santísima Trinidad y, por lo tanto, se consideró que la postura defendida por Arrio y sus partidarios del adopcionismo podía ser susceptible de herejía.

San Atanasio fue el máximo impulsor del Credo trinitario y el que más se oponía, por tanto, a Arrio.

Se dice que el propio Constantino fue bautizado como arriano, más como una política de acercarse al emergente movimiento cristiano que por una fe verdadera.

A pesar de ello, la postura más ortodoxa y mayoritaria fue la de San Atanasio.

Aunque el arrianismo fue condenado en el concilio de Nicea del 325, Constantino había demostrado siempre simpatía por él y la demostró aún más en los últimos años de su vida.

Al morir él, su hijo y sucesor, Constancio, abrazó abiertamente el arrianismo por intermediación de su mujer y sus consejeros afines a la doctrina de Arrio y bajo sus auspicios, se convocaron concilios que empujaron a los líderes de la ortodoxia eclesiástica al exilio.

Arrio terminó siendo perdonado por la Iglesia, pese a que su muerte ha dejado siempre muchas dudas y despierta suspicacias.

La expansión del arrianismo

A pesar de la muerte de Arrio, el arrianismo siguió su expansión, sobre todo entre clases desfavorecidas de la parte oriental del Imperio Romano.

Constancio, como principal valedor del arrianismo tras la muerte de Arrio, promovió que los bárbaros y soldados del Imperio fueran adoctrinados en la fe cristiana arriana.

Por esta razón, el arrianismo caló entre los guerreros pueblos germanos, convertidos por el obispo Ulfila.

El arrianismo como herejía y su adopción por los pueblos bárbaros

No fue hasta el Concilio de Calcedonia del año 381, cuando se declaró oficialmente como herejía el arrianismo.

Sin embargo, los godos y los vándalos mantuvieron en sus monarquías jefes arrianos tras abandonar el paganismo.

Bajo los auspicios de los visigodos, el arrianismo pasó a ser la forma de cristianismo con más influencia en sus dominios, en ese momento la casi totalidad de la provincia de Hispania y la parte sur de la Galia, aunque una gran mayoría de la población seguiría la doctrina de Roma.

La conversión de los últimos arrianos

No fue hasta el año 587 que el rey Recaredo se convirtió al catolicismo, para granjearse el apoyo popular, católico, aunque descontentando a la aristocracia arriana.

conversion de recaredo
La conversión de Recaredo. Obra de Antonio Muñoz Degrain, 1888

Tras la conversión del rey visigodo Recaredo a la doctrina romana de la Iglesia, muchos arrianos intentaron rebelarse contra la monarquía.

Revueltas en Mérida, Toledo o Narbona fueron sofocadas a lo largo de la segunda mitad del siglo VI.

El único reducto arriano sin persecución fue Lombardía, pero a principios del siglo VII también fue convertida a la ortodoxia de Roma.

El arrianismo en la clandestinidad

Hay muchas teorías que parecen tener visos de ser ciertas que apuntan que el arrianismo continuó en cierta clandestinidad en la Hispania visigoda, sobre todo en el sur.

Las revueltas arrianas del siglo VI parecían tener una doble componente religiosa y política, ya que había un descontento con la monarquía visigoda que no era muy bien vista por los hispanos al considerar a los visigodos como un dominio extranjero y, sobre todo, por los hispanos arrianos que además les consideraban unos traidores a su religión.

Estas teorías creen que el arrianismo fue consolidando un poder latente en el sur y a principios del siglo VIII contrataron mercenarios del norte de África para derrocar la monarquía visigoda e imponer desde la nueva monarquía resultante el arrianismo.

En el año 711 el arrianismo, según estas teorías, ya estaba muy ligado al Islam, aunque son sólo eso, teorías.

- Advertisement -

Más artículos

2 Comentarios

  1. Excelente proyecto. Muy interesante el contenido que publican.
    De mi parte tienen felicitaciones y les deseo éxitos en todo lo que emprendan.
    Saludos desde Cuba!!

Deja una respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

- Advertisement -

Últimos artículos