Recientes excavaciones en Quedlinburg, Alemania, han dado con un curioso hallazgo que involucra a 16 tumbas individuales, entre la que se cuenta una de un «aparecido» y otra de un suicida, junto a otros huesos en dos fosas cercanas.
Los documentos históricos señalan que en el sitio hubo una horca y en aquellos días los fallecidos por el verdugo eran enterrados en el mismo lugar.
En el lugar, los investigadores encontraron la tumba de un «aparecido», con grandes piedras que presionaban su pecho, con la finalidad de que este muerto no volviera al mundo de los vivos.
Otra tumba muestra gran cuidado y es diferente a los demás restos que solo fueron echados allí. Es un hombre colocado en un ataúd que portaba un rosario, denotando mucho cuidado en su entierro, por lo que se estima se trata de alguien que se suicidó.