Los esqueletos recuperados de los restos del naufragio de la nave de guerra Mary Rose perteneciente al rey Enrique VIII están siendo estudiados para descubrir más sobre la vida en 1500. Los científicos deportivos de la Universidad de Swansea esperan encontrar más acerca del número de víctimas arqueros, quienes tenían que llevar pesados arcos. Está documentado que iban a bordo arqueros cuando la nave se hundió en 1545.
Los restos del naufragio fueron recuperados de Solent en 1982 y contenían miles de artefactos medievales. La nave, que se encuentra ahora en Portsmouth donde se está construyendo un nuevo museo para albergarla, tenía 92 esqueletos bastante completos de la tripulación del Mary Rose.
Nick Owen, un biomecánico de deporte y ejercicio del Colegio de Ingenieros de la Universidad de Swansea, dice: “Esta muestra de restos humanos ofrecen una oportunidad única para estudiar los cambios de actividad en los esqueletos humanos. Está documentado que una compañía de arqueros iba a bordo cuando la nave se hundió, en un tiempo en el que muchos arqueros venían desde Gales y el suroeste de Inglaterra. Estos arqueros tenían técnicas especiales para hacer y usar arcos largos muy potentes. Algunos de los arcos requerían un tiempo de entrenamiento y una fuerza inmensa hasta el punto de que los arqueros tuvieron que tirar de un peso de 200 libras (unos 90 kilos)”.
Dice que los arqueros eran atletas de élite en la época de los Tudor, requerían de una gran habilidad y fuerza para lanzar 12 flechas en un minuto sujetando un pesado arco con un brazo.
“Se sabe que estos arqueros iban a bordo como ‘guardias armados’. Pero no se sabe qué esqueletos son. Así que estamos analizando los huesos del antebrazo que son los que pueden mostrar una diferencia”, dice. “De hecho, en uno de los esqueletos hemos observado que el área de la superficie de la articulación entre el antebrazo y el codo es un 48% más grande que la junta del otro brazo”.
Efectos en los esqueletos.
Alexzandra Hildred, conservadora de la artillería del Mary Rose, afirma que en la época de los Tudor era una obligación por ley que todo hombre y niño debía practicar el tiro con arco regularmente desde una edad temprana.
“Muchos de los esqueletos recuperados muestran la evidencia de lesiones por los repetidos esfuerzos del hombro y la columna lumbar”, dice. “Podría ser el resultado de tirar con arcos pesados regularmente. Ser capaces de cuantificar los esfuerzos y el efecto en los esqueletos pueden permitirnos aislar un grupo de arqueros profesionales de élite de la nave”.
El equipo del Colegio de Ingenieros de Swansea está basando su investigación en los análisis biomecánicos de los esqueletos de los arqueros para examinar el efecto en el sistema músculo-esqueleto de una vida usando poderosos arcos largos.
Parte del proceso de análisis de los esqueletos incluye la creación de imágenes virtuales en 3D de manera que las mediciones pueden ser tomadas de los restos sin causarles ningún daño.
Se espera que los resultados de la investigación estén listos este verano y se usarán para ayudar junto con información al nuevo museo Mary Rose, que está previsto se inaugure en otoño.
Owen dice que el trabajo fue importante para entender el pasado. “Para el Mary Rose es importante porque conocen mucho sobre la nave y sus objetivos pero nada acerca de la gente que iba a bordo”, dice. “Están tratando de contar la historia del ser humano. El nuevo museo tendrá información sobre la gente que iba en la nave. Uno de ellos será un arquero, desde sus lesiones y tensiones hasta su increíble fuerza y resistencia”.
La nave se hundió cuando lideraba un ataque a una flota de invasión francesa en 1545. El pecio ha sido objeto de 17 años de tratamiento de conservación desde que fue descubierto.