Para comprender un poco el desarrollo artístico de la cultura wari, es importante conocer un poco sus orígenes de manera breve, así como parte de su cultura. Fue en la sierra central del Perú, en la región actual de Ayacucho, donde se desarrolló el imperio wari.
Se dice que es voz aimara el término huari del que proviene, cuyo significado en quechua, wari o huari sería “animal salvaje” u “hombre antiguo”.
Si bien el territorio andino fue ocupado por diversas culturas prehispánicas, fueron los wari los primeros en habitarla, los cuales pacificaron sus suelos y distribuyeron las tierras.
Ubicación geográfica de los wari
Desde el Norte, hasta la cuenta del río La Leche hacia la costa, y hacia la sierra en el señorío de Cajamarca, fue donde tuvo lugar la expansión de este imperio.
Considerando, además, que hacia el sur sus fronteras fueron, en la costa, la cuenca del ocoña, así como en las provincias principales de sicuani y el cusco.
Es importante saber que su medio geográfico no les favorecía para la siembra por ser una zona seca y bastante árida, resultándoles difícil la siembra allí, sin dejar de lado la escasez de agua.
Características del arte wari
El imperio wari dejó gran influencia cultural y artística en otros imperios tales como los Nazca, Huarpa y Tiahuanaco.
El desarrollo de los textiles fue el que más trascendería por culturas posteriores, que incluso hoy posee como un legado cultural la civilización del Perú, sin contar con su gran destreza en el avance de las cerámicas y algunas construcciones arquitectónicas.
Los textiles wari
Los wari desarrollaron una importante y rica elaboración de diversos textiles que fueron, de hecho, de influencia Tiahuanaco y Nazca, especialmente con los tapices, siendo esta la especialidad, aunque también fabricaran bolsos, fajas, camisones sin mangas (Ponchos) y uncos.
El material más empleado por los Wari fue el algodón, así como la vicuña y la lana. Empleando, además, un extraordinario despliegue cromático. Los más resaltantes colores fueron el azul brillante, el rojo, el blanco, el dorado y el amarillo.la fabricación de la mayoría de sus textiles estaban destinados a la indumentaria común de la civilización, así como también para rituales funerarios.
En muchos de sus tapices se representaban a seres mitológicos provenientes de su propia cultura y religión. De igual manera, se personalizaron a diversos animales tales como aves, serpientes y felinos.
Cerámica wari
Aunque hayan sido los textiles un alto desarrollo para esta civilización, también en cerámica hubo importantes obras. Estas, a su vez, se dividen en estilos y fases diferentes según haya sido el lugar precioso y la época en la que se elaboraron.
Tales estilos o fases fueron Chaquipampa, Conchopata, Robles Moqo y Niñaque.
En general, su cerámica estuvo fuertemente vinculada a la religión, debido al contenido de éstas. Los motivos iban desde diversos elementos simbólicos, hasta los bimorfos.
Las formas de estas vasijas variaban entre botellas con pico, con cuello, cuerpo ovoide y base plana; así como también botellas dos picos, doble cámara y cántaros con cuello de efigie.
Cerámica Chaquipampa
El periodo Chaquipampa se destacó en el desarrollo de cerámicas de uso común, cuyo carácter ceremonial no fue elaborado. Las formas más comunes fueron botellas pequeñas, cuencos y vasijas que eran elaboradas manualmente como figuras humanas o tubérculos. Siendo los colores usados el gris, púrpura, blanco y crema.
Cerámica Conchopata
La cerámica Conchopata de la cultura wari destacó por la elaboración de grandes urnas que medían 18 centímetros aproximadamente de largo. Además, muchas de ellas tenían como objetivo funcionar como depósito de ofrendas. Los personajes que se reflejaban en ellas eran similares a los de la portada del sol de Tiahuanaco.
Los colores que más solían emplear para la cerámica fueron rojo, crema, gris, púrpura y blanco.
Cerámica Robles Moqo
En el periodo Robles Moqo de la cultura wari, la cerámica que se desarrolló ocupó vasijas ceremoniales en gran medida, las cuales destacaron en vasos, figuras de llamas, cántaros cara gollete y urnas. La altura de la mayoría de ellas varió entre los 66 centímetros y 50 cm. Aproximadamente.
Cerámica Niñaque
La cerámica desarrollada durante este periodo es considerado como el de la expansión, cuyos productos, en su mayoría, servirían de inspiración para otras culturas. Las formas principales en generar fueron vasos, pequeños cántaros y cuencos semiesféricos. En muchas, se pintaban cabezas geométricas de felinos, las cuales podían apreciarse de perfil.
La metalurgia
Muchos de los trabajos en metales desarrollados por los wari destacaron en el uso de oro, bronce y cobre principalmente. Las técnicas que emplearon fueron el forjado, vaciado, repujado, laminado y martillado.
Se dice, además, que los antecedentes que tuvieron los wari para la elaboración metalurgia fueron de los tahuanacotas.
Arquitectura de la civilización wari
La arquitectura desarrollada por la civilización Wari destaca en la total independencia de centros urbanos amarallados, donde la planificación estaba bien estructurada, cuya ubicación se generaba en estratégicos lugares donde fuese requerida la expansión colonial.
La construcción de al menos dos o tres pisos fue una característica fundamental de las estructuras más comunes de este imperio. En la mayoría de sus construcciones se desarrollaron plazas, barrios, galerías, corredores, canchones, habitaciones rectangulares y cámaras subterráneas.
Templos wari
El más representativo se halla en Pachacamac, a partir de un área de 200 Ha aproximadamente, y 400 metros de largo por 500 metros de ancho.
En ella, se encuentran cuatro murallas y caminos epimurales, cuya cualidad está con que se proyectan desde el interior, hacia la periferia.
Otra de gran importancia es Huarivilca, cuya construcción se enfocó en una finalidad ceremonial a partir de construcciones soterradas, así como un cementerio con una extensión de 2km² aproximadamente.
Su ubicación está al sur de Huancayo, a 5 kilómetros, hacia un ángulo de la plaza principal de la comunidad wari Chancas.
Escultura en piedra
La escultura en piedra no fue una de las piezas más desarrolladas por la cultura wari. Sin embargo, sí se hallaron algunas en las zonas de Huancavelica y Ayacucho.
Sus características fundamentales se basaron en el desarrollo de figuras antropomórficas, cuya ejecución se centró en formas planimétricas.
A pesar de ello, se fundamentaron en el desarrollo de pequeñas figuras moldeadas en crisocola, así como en turquesa con diversos motivos a las que sí realizaron en tamaños más grandes.