Investigadores de la Universidad de Durham, en Inglaterra, acaban de descubrir esqueletos humanos con muestras de enfermedad arterial. Con 3.000 años de antigüedad, se trata de los huesos humanos más antiguos en los que se ha encontrado este tipo de síntomas. Más concretamente, la enfermedad se habría tratado de la ateroesclerosis, que obstruye las arterias al acumularse grasa (conocida como placa) en el interior de las paredes de éstas. La enfermedad es un importante factor de riesgo en los ataques al corazón.
Los restos, hallados en Sudán, pertenecen a dos hombres y tres mujeres, los cuales tenían entre 35 y 50 años en el momento de la muerte. Se desconoce qué pudo haber causado la ateroesclerosis, pero factores de riesgo son una dieta no saludable, fumar, enfermedades dentales, infecciones y factores genéticos.
Aunque las enfermedades cardiovasculares son una de las mayores causas de muerte hoy en día, ha sido difícil encontrar evidencia de su incidencia en la Antigüedad; ya que sólo se habían encontrado signos en momias (que por definición habían sido integrantes de la clase noble). Los investigadores consideran el hallazgo notable porque demuestra que este tipo de enfermedades no es sólo un producto de la era moderna, con sus comodidades y abundante comida.
Michaela Binder, autora principal del estudio y estudiante de doctorado en Durham, considera extraordinario hallar evidencia de este tipo de enfermedad en un fósil tan antiguo. Fue posible gracias a que la placa, en ocasiones, puede calcificarse y formar estructuras similares al hueso dentro de las arterias.
Otro de los hechos más destacables es que los enterrados en las tumbas parecen haber procedido de todos los estratos sociales. Es decir, los esqueletos muestran enfermedades cardiovasculares en personas que probablemente no pertenecían a la clase noble. Esto refuerza la teoría de que la ateroesclerosis no sólo se debe a la falta de ejercicio o las comidas grasas, sino que factores genéticos, la inflamación o el simple envejecimiento podrían jugar un papel mayor de lo que se pensaba hasta ahora.
Este yacimiento de Sudán es donde hace dos meses, se descubrió el esqueleto más antiguo con evidencias de cáncer metastático. No obstante, no se han encontrado evidencias de lazos familiares entre los cinco esqueletos con ateroesclerosis, ni entre éstos y el que presentaba signos de cáncer. Los que sufrían ateroesclerosis presentaban síntomas de enfermedad dental y respiratoria, las cuales hoy sabemos están asociadas con enfermedades vasculares.
La investigación cuenta con fondos y apoyo logístico del Museo Británico. Los restos se hallaron en unas cámaras sepulcracles en Amara Occidental, unos 750 km al Norte de Jartum, la capital sudanesa. El estudio ha sido publicado en la Revista Internacional de Paleopatología y forma parte de un proyecto más amplio del Museo Británico, que busca estudiar más a fondo la vida de los habitantes de Sudán en la época.