La obra del Bosco “no es cerrada en sí misma”, sino que “mueve a la conversación y a discutir sobre la misma”, como fue, de alguna manera, su intención, ha afirmado este miércoles a Efe el doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid José Juan Pérez.
Pérez (Madrid, 1973), también conservador de Pintura Flamenca del Museo del Prado, ha realizado estas declaraciones con motivo de su conferencia sobre Hieronymus Bosch, conocido en España como el Bosco, dentro del curso “Los genios del Prado”, en el Auditorio del Ayuntamiento de Logroño.
Este curso, al que se puede acceder de forma gratuita previa inscripción a través del correo electrónico eventosfundacion@unir.net, ha sido organizado por las fundaciones Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) y Amigos del Museo del Prado, con la colaboración del Consistorio de Logroño.
Este historiador ha indicado que el Bosco es «un artista tan sorprendente y con tantos matices y cuestiones, a veces, sin resolver, sobre las que hay mucha opinión y controversia, que siempre se pueden descubrir cuestiones nuevas e interesantes”.
Su conferencia se centra en “este magnífico artista de principios del siglo XVI, sobre todo, a través de las obras del Museo del Prado, que son, de forma clara, paradigmáticas de sus creaciones”.
“Es uno de los artistas más importantes de todos los tiempos porque trasciende la condición de mero artesano, propio de los pintores al final de la Edad Media, para convertirse en un artista en el sentido que le damos en la actualidad, el de un creador que no solo fascina por su capacidad técnica sino por las ideas que logra plasmar en sus obras”, ha remarcado.
El Bosco, ha proseguido, “bebe de la herencia de un tipo de creación muy minuciosa, en el sentido de que utiliza pinceles muy finos, y muy detallista, a la vez que muy colorista”.
“A esas obras que provocan en el espectador una atracción estética tan contundente, fruto de esa tradición, él es capaz de incorporarles una serie de cuestiones intelectuales, fruto del pensamiento humanista de principios del siglo XVI, que hace que sean pinturas fascinantes incluso hoy, más de 500 años después de que fueran creadas”, ha subrayado.
Ha señalado que el Museo del Prado “tiene la suerte de custodiar algunas de las obras más interesantes de todas las que produjo El Bosco, gracias a una colección que formó Felipe II en el siglo XVI, en una época muy cercana a la muerte del artista, cuando este se convertía en un referente muy estimado en todas las cortes europeas”.
Felipe II, ha apuntado, “atesoró esta colección y la destinó al Monasterio de El Escorial, creado por él, y andando el tiempo, acabó en el Museo del Prado”, donde se encuentra la mayor colección que existe de este artista en la actualidad.
“Nunca se conoce a un artista solo por las obras que puedan estar en un museo, incluso en el caso del Bosco y la colección que tiene el Museo del Prado”, que “ilustra muy bien lo que es el arte de este pintor”, ha resaltado.
El Museo del Prado contiene piezas que son “referentes” de este artista, como “El jardín de las delicias”, pero “es un creador bastante amplio y hay grandes obras del Bosco también fuera de este espacio, sin ir más lejos, en Lisboa está el ‘Tríptico de las Tentaciones de san Antonio’ que es una pieza tan singular como las que se encuentran en el Prado”, ha concluido.
Con información de Sergio Jiménez Foronda/EFE.