El sistema de cuevas Richards Spurs en Oklahoma, ofreció a los arqueólogos la vista de un lagarto de aproximadamente 300 millones de años, que gracias a las condiciones de la cueva, logró sobrevivir buena parte de su piel lo cual es muy inusual.
Las condiciones que permitieron que la piel lograra sobrevivir tanto tiempo, son los bajos niveles de oxígeno de la cueva, aunque el hecho de que estuvieron llenas de petróleo y alquitrán fue el factor fundamental de la conservación de la piel.
En el lugar se encontraron numerosos fósiles de reptiles, pero uno de ellos posee una capa de epidermis que al inicio se confundió con pequeños pedazos de hueso.
Al realizársele los exámenes de 3D el análisis arrojó, que el espécimen conservó parte de su dermis interna, y la epidermis externa con sus escamas que era muy parecida a los cocodrilos modernos.
El hallazgo no solo refiere a la piel de reptil más antigua del mundo, sino que de igual forma, es considerada la piel amniota con más antigüedad, es decir, la piel de reptil, ave o mamífero más antigua mejor conservada.