Astrónomos están investigando la que podría describirse como la primera herramienta de observación astronómica utilizada, potencialmente, por seres humanos prehistóricos hace 6.000 años.
En la investigación, sugieren que los pasajes largos y estrechos realizados entre antiguas piedras o en tumbas megalíticas podrían haber sido utilizadas por los humanos primitivos para observar el cielo nocturno.
La idea es investigar cómo una abertura simple podría afectar a la observación de las estrellas ligeramente más débiles, centrándose en el estudio en los sepulcros megalíticos, compuestos en su mayoría por una cámara de grandes piedras entrelazadas y una estrecha y larga entrada.
Se cree que estos espacios podrían haber sido sagrados y utilizados para ritos de paso, en los que los «iniciados» pasaban la noche dentro de la tumba, sin luz natural, observando el firmamento, por lo que podrían haber sido las primeras herramientas astronómicas inventadas miles de años antes que los telescopios.
Kieran Simcox, estudiante de la Nottingham Trent University`s School of Science and Technology y líder del proyecto, expresó que «Ha sido una gran sorpresa ver que nadie había investigado a fondo este tema, como por ejemplo, el color del cielo nocturno a simple vista desde estos sitios«.
El proyecto está dirigido a ver la forma en que el ojo humano, sin ayuda de ningún dispositivo telescópico, puede ver el brillo y el color de las estrellas, teniendo la intención de aplicar esta teoría en dólmenes como las de Anta (Portugal), de 6.000 años de antigüedad y sitio en donde se desarrolla la investigación.
El Dr. Fabio Silva de la Wales Trinity Saint David University, explicó que «la orientación de las tumbas pueden estar en alineación con Aldebarán, la estrella más brillante de la constelación de Tauro. Para medir con precisión el tiempo de la primera aparición de esta estrella en la temporada, es vital se capaces de detectar estrellas durante el crepúsculo«.
El primer avistamiento de una estrella tras su larga ausencia del cielo nocturno podría haber sido utilizado como un marcador de inicio de temporada, y podría indicar por ejemplo, el inicio de una migración de verano. El momento en el que esto podría verse sólo se obtiene desde estos sitios de observación ya que no se puede apreciar desde el exterior, por lo que creen que podrían haber sido detectadas gracias a la capacidad del ojo humano para verlas en estas condiciones crepusculares, teniendo en cuenta los pequeños conductos de entrada de las tumbas.