Gracias a estudios de tecnología de punta, un equipo arqueológico descubrió bajo el suelo de las ruinas de Mitla, ciertas estructuras subterráneas que se asemejan a un laberinto, además de varios túneles.
El lugar estuvo poblado en algún momento de su historia por aproximadamente 50 mil personas (zapotecas), con una ciudad que dominaba complejas técnicas de arquitectura, poseían escritura, sistemas agrícolas y dos calendarios.
El laberinto simbolizaba para los zapotecas un recuerdo del Inframundo o Mundo de los Muertos, convirtiéndose a la llegada de los españoles en el sitio utilizado para erigir una iglesia, conocida como San Pedro Apóstol.
El laberinto se cerró en siglo XVII con mampostería durante la conquista, tal como se cuenta en las crónicas del fraile dominico Francisco Burgoa.
Adicionalmente, los investigadores dieron con tres estructuras cuadrangulares conectadas por varios túneles, las cuales forman también parte del complejo prehispánico.