Desde que en 1880 se encontraran 64 escudos en un barco vikingo bajo un portentoso túmulo funerario, los escudos de Gokstad fueron etiquetados como escudos ceremoniales, aunque una nueva investigación señala que pudieron tener también un fin práctico.
El arqueólogo Rolf Warming es el responsable de este nuevo enfoque, sometiendo estos escudos a una observación más profunda, determinando que poseen varias evidencias de un uso práctico.
Una de las claves para comprender este enfoque son las pequeñas perforaciones halladas en los bordes de los 64 escudos, dichas perforaciones señalan que los escudos pudieron tener el revestimiento de cuero necesario, para ser utilizados en el campo de batalla.
Sí bien es cierto que al realizarse el hallazgo esta capa de cuero no era visible, las perforaciones dan cuenta del posible uso práctico de estos escudos antes de formar parte del ajuar funerario.
Además de esto, el investigador explica como la creación de estos escudos presenta una realización compleja, algo que no se espera en un escudo de uso únicamente ceremonial, relacionándolo con la creación de escudos vikingos y germanos de la época.
Warming señala que el hecho de que estuvieran en el túmulo funerario, no elimina la posibilidad de que tuviesen un uso anterior en batalla, aunque también explica que deberán realizarse mayores estudios, para verificar la veracidad de estas hipótesis.