Antes de este hallazgo se pensó que el acero de alta calidad, se desarrolló durante el período romano, pero el estudio de un cincel de 2.900 años encontrado en Portugal, puede replantear este enfoque.
Los estudios se focalizaron en unas estelas de piedra de finales de la Edad de Bronce, las cuales están hechas de piedra arenisca de cuarzo silicato, que solo pueden marcarse utilizando herramientas de acero templado, no con otras piedras ni con instrumentos de cobre o bronce.
Para demostrar esta afirmación, los investigadores sometieron las piezas a diferentes análisis geoquímicos, estudiando un cincel de acero templado de hace 2.900 años, demostrándose que sólo ese instrumento podía hacer las marcas en las estelas de piedra.
Con estos resultados los investigadores concluyeron que la metalurgia del hierro, su producción y templado, pudo ser obra de localidades autóctonas en la Península Ibérica, y no producto de la colonización como antes se había pensado.