En una cantera al sureste de Noruega, un equipo de arqueólogos ha descubierto una necrópolis de hace casi 3.000 años que alberga en su interior los restos de niños que van de los 0 a los 6 años, en formaciones circulares de piedra que eran monumentos muy apreciados en su época.
El monumento funerario, único en su estilo en el continente europeo, ha sido datado entre la Edad de Bronce a la Edad de Hierro, convirtiéndose en un registro del dolor que sintieron los padres de estos infantes al perderlos, erigiendo formaciones de piedra para conmemorar su recuerdo.
Los arqueólogos descubrieron que los círculos de piedra con medidas que oscilan entre los 1 a los 2 metros de diámetro, eran el lugar de descanso de los niños que eran colocados bajo las piedras, yaciendo en vasijas de cerámica que se deterioraron con el paso del tiempo.