En la actual Esmirna, en el lugar donde se asentó la antigua ciudad de Metrópolis, un equipo de arqueólogos ha descubierto un depósito de chatarras en el que se encontraron 2.000 fragmentos de bronce pertenecientes a diferentes estatuas de los períodos helenístico, romano y bizantino.
Se piensa que el lugar fue un depósito de chatarra donde se llevaban los fragmentos de bronce para fundirlos y ser almacenados, utilizándose buena parte de este bronce en la elaboración de monedas.
De igual manera es probable, aunque no ha podido verificarse la información, que las estatuas fueron desmanteladas al llegar la religión monoteísta, lo que provocó la caída de los antiguos dioses.
En el lugar hallaron fragmentos de ojos, manos, pies, etc., lo que también ha llevado a los investigadores a plantear la hipótesis de si la ciudad de Metrópolis fungió como un lugar de reparación de estatuas. Las investigaciones continúan en el sitio.