Los investigadores de la Universidad de Copenhangue, Magnus Pharao Hansen y Christophe Helmke, han publicado recientemente un estudio en el que proponen que los glifos e inscripciones que se aprecian en la ciudad de Teotihuacán en numerosos murales y objetos, son en realidad una forma temprana de utoazteca, lo que cambia radicalmente el enfoque del origen lingüístico de ciertas lenguas mesoamericanas.
En su artículo titulado: “El lenguaje de la escritura teotihuacana”, los autores lograron reconstruir una etapa anterior del utoazteca, con lo que pudieron comparar esta lengua con el náhuatl y otras lenguas similares, lo que los llevó a una conclusión que puede reescribir la historia.
Una idea sostenida en la investigación es que en Teotihuacán el náhuatl se origina, no por las migraciones o las expansiones guerreras, sino por el desarrollo de la lengua utoazteca que terminó dando origen a otras lenguas, entre ellas el náhuatl.
A pesar del exhaustivo análisis que hacen los investigadores, la comunidad científica deberá continuar profundizando en las investigaciones para corroborar o refutar los planteamientos expuestos, debido a que hacen falta mayores estudios comparativos.