Láseres utilizados para el mantenimiento de la piel son utilizados en el Louvre para reconstruir, limpiar y devolver el brillo a las antiguas estatuas de marfil, mármol o piedra caliza, logrando acabar con siglos de suciedad, patinas e intentos fallidos de recuperación.
Gracias al uso combinado de cuatro láseres diferentes, los especialistas han logrado recuperar el color original de varias obras. Por ejemplo, la estatua del siglo XVI conocida como Ecce Homo, que tuvo manchas de suciedad por varios siglos, ha logrado verse como en sus inicios luego del tratamiento con láser.
Son cuatro láseres diferentes que se complementan, adaptándose a la superficie de la estatua y pudiendo trabajar sobre materiales orgánicos, sin dejar daños en la obra.
A pesar de lo exitoso del procedimiento, solo un tercio de las estatuas del Louvre pueden recibir este tratamiento, debido a que, las demás estatuas ameritan tratamientos químicos o procedimientos tradicionales.








